Por un gran Carnaval
La Lectura del Bando de la reina ‘Fefi’ marca hoy el inicio de la programación principal de la fiesta de los barranquilleros. La ciudad afronta un reto enorme como anfitriona de un evento que cada vez concentra mayor atención internacional.
Todos los ingredientes están dados para que el Carnaval de Barranquilla, y todo el engranaje turístico y comercial que en los últimos años se ha desarrollado para ponerse en marcha a su compás, alcancen su máximo grado de madurez en 2017. Cada vez se cobra una mayor conciencia de la proyección internacional y el potencial económico de la fiesta popular que refleja como ninguna otra manifestación cultural el alma de los barranquilleros. Hoy, con la Lectura del Bando de la reina Stephanie Mendoza, ‘Fefi’, empezará en firme la programación principal del despliegue de folclor y creatividad que tienen organizados los distintos grupos, danzas, comparsas, cumbiambas y artistas que año tras año hacen el Carnaval. Muchos han trabajado a lo largo de todo el año para exponer lo mejor de sus esfuerzos en esta gran puesta en escena, con la motivación de transmitirles a espectadores y visitantes un poco de ese espíritu local de celebración y alegría sin miramientos que actúa bajo la absoluta convicción de que “quien lo vive es quien lo goza”. Son grandes e insoslayables los retos de la ciudad y de la Costa, y 2017 ha empezado en el país con un panorama económico complicado, atizado por escándalos y situaciones que inevitablemente arrojan un manto de pesimismo sobre las perspectivas del año. Estos problemas no desaparecerán de un momento a otro, y de ninguna manera se debe cesar en los esfuerzos por resolverlos. Pero, como bien lo saben los carnavaleros, cada año tienen cuatro días de licencia para aplicarles a todos los pesares y afanes de la cotidianidad uno de los más antiguos antídotos que conoce la humanidad para combatir los problemas: burlarse de ellos, declararse superiores a ellos a punta de comedia y olvido, así sea por un rato. Este año el Carnaval hace homenaje a las verbenas de barrio. Justamente, allí radica uno de los principales desafíos que afronta Barranquilla como ciudad: la preservación de la tranquilidad urbana que la llevó a ser percibida por sus habitantes como un territorio de paz. La fiesta será un pretexto inmejorable para conectar con esas raíces que han configurado el carácter de Curramba la Bella. Los carnavaleros barranquilleros deben saber hoy que tienen una obligación como anfitriones de la fiesta. Su buen comportamiento es el pilar fundamental sobre el cual se construirá la imagen de nuestra ciudad. Si bien la labor de preservar la tranquilidad comienza por las autoridades, también incluye a los ciudadanos. El compromiso para que este sea el mejor Carnaval es de todos. La fiesta ya empezó, y en ella la ciudad tiene una responsabilidad, pero también una inigualable oportunidad de sacudirse de los ‘malos espíritus’ y reencontrarse con su verdadera esencia.
La fiesta ya empezó, y en ella la ciudad tiene una gran responsabilidad, pero también una oportunidad inigualable de sacudirse de los ‘malos espíritus’ y reencontrarse con su verdadera esencia.