Los papeles de la CIA sobre comunistas y liberales en Barranquilla
Por trabajos de mantenimiento de Transelca, Triple A debió suspender el servicio Ciudadanos tuvieron que almacenar agua para cubrir la falta del preciado líquido.
Documentos desclasificados de la agencia de espionaje, de los años 40 a los 90, revelan una intensa actividad en la capital atlanticense y Colombia. Partidos progresistas, puertos, narcotráfico, la violencia de los años 50, entre los seguimientos.
Uno de los registros, de 1953, informa del viaje de un comunista barranquillero a Viena. Otro, de 1948, del arribo del barco de la Armada ‘Almirante Padilla’ con armas suministradas por la dictadura de Franco a los conservadores. En vísperas de las elecciones de 1982, los candidatos Betancur y López no eran fiables para mantener el mismo apoyo de Turbay a políticas de Washington.
“El Mono hoy está rabioso”, comenta jocosamente un vendedor de overol verde, a propósito del sol de las 11 de la mañana, que no da tregua.
La calle 33 es un camino de fango y agua estancada. El sonido del viscoso sedimento siendo pisoteado por centenares de transeúntes sirve de fondo para un grito de aparente sorpresa: “¡Anda, verdad que hoy se iba el agua!”, exclaman algunas cocineras despistadas mientras se llevan la mano a la frente.
A esa hora, la empresa Transelca S.A. adelantaba trabajos de mantenimiento preventivo en las redes eléctricas que alimentan las centrales de bombeo del operador de Aseo, Agua y Alcantarillado de Barranquilla y su área metropolitana, por lo que ayer, en 133 Barrios (62 de Barranquilla y 71 de Soledad), no pudieron abrir la llave para ver correr el preciado líquido.
Algunos vendedores de San Nicolás temieron perder los productos del día. “Nosotros recogimos agua, pero no sabemos si alcance para todo. Una flor sin agua no dura nada”, dijo el empleado de uno de los puestos, Wilson Rodríguez, al tiempo que enfatizó: “Esta vez de vaina y avisaron”.
El caso era similar para las empleadas del sitio de comidas El Palacio del Pescado. Para ellas fue difícil cocinar. “Aquí se hace sopa de pescado y arroz de coco todos los días. Hoy (ayer) no puede ser la excepción, por eso recogimos agua desde ayer (jueves) y rogando a Dios que alcance para todo”, comentó Luz Dary García, cocinera del establecimiento.
En el municipio de Soledad, ayer fue normal ver a hombres y mujeres que cargaban en ambas manos grandes bolsas con agua. En los supermercados ya quedaban pocas. Quien tenía que comprar, debía apurarse.
Las fuentes del parque Muvdi no funcionaron ayer, tampoco la piscina para los niños pero, irónicamente, en la entrada del complejo había una corriente de agua viva que se desbordaba de una de las jardineras. “Como el terreno está desnivelado, el agua de una laguna que hay ahí adentro se aniega en las jardineras del frente”, explicó Rosa Jiménez, vendedora del sector.
En los barrios más populares la voz se corrió desde el jueves por la tarde. “A nosotros nos dijeron que se iba el agua y ajá, sin agua uno no hace nada, entonces hubo que recoger lo más que se pudo”, comentaron algunas vecinas del barrio Siete de Abril. “Hace una semana también se fue el agua y demoró mucho en volver”, dijeron.
En este sector, la falta de agua corriente no pareció ser excusa para detener una tradición. Y es que, en algunos pueblos del Atlántico, como Santo Tomás, existe la costumbre, entre pelados, de tirarse bolsas de agua para marcar el inicio del Carnaval, el popular “moja moja”.
Con muy poquita agua, pero con todas las ganas de perpetuar este hábito colectivo, niños y niñas, jóvenes e incluso adultos, usaron “bolsitas de boli”, llenas del agua que pudieron encontrar —turbia o sencillamente sucia, pero en ningún caso cristalina—, para jugar a mojarse entre ellos.
Lejos de esa diversión colectiva, hospitales y centros de atención tuvieron que reaccionar de la misma manera en que lo hicieron las amas de casa: recogiendo el agua que pudieron, rogando para que les alcanzara para todo. Y esperando, con los dedos cruzados, que la intervención de la redes eléctricas no se dilatara más de lo previsto.
A las 6 p.m. de ayer, Triple A informó que el bombeo de agua se reanudó en los barrios y sectores afectados por la suspensión del servicio.