Cuba niega entrada a Felipe Calderón y la hija de Aylwin
Ex presidente de México y ex ministra de Chile iban a homenaje de Payá.
MéXICO. El gobierno de Cuba protagonizó dos hechos diplomáticos en la noche del pasado lunes, los que causaron malestar en México y Chile .
La cancillería de México lamentó la decisión de Cuba de no permitir el ingreso a la isla al expresidente mexicano Felipe Calderón, donde según el exmandatario asistiría a una ceremonia privada, para la entrega del premio Oswaldo Payá, fallecido opositor cubano.
La cancillería se pronunció en Twitter luego de que en la misma red social Calderón denunciara, en un mensaje a Rosa María, hija de Oswaldo Payá, que no se le permitió abordar su vuelo desde Ciudad de México a La Habana.
Calderón está considerado para el gobierno cubano como un pasajero “inadmisible”, advirtió la autoridad migratoria de la isla a Aeroméxico, de acuerdo con un correo electrónico interno de la aerolínea que leyó el exmandatario en una entrevista con Radio Fórmula.
EL CASO DE MARIANA. La decisión de Cuba de negar el ingreso a la isla de Mariana Aylwin, ex ministra chilena de Educación e hija del expresidente Patricio Aylwin, generó un fuerte malestar en el gobierno chileno, que ayer llamó a informar a su embajador en La Habana.
“El Gobierno de Chile hará presente a las autoridades cubanas su malestar por esta acción y llamará a informar al embajador de Chile en La Habana”, señaló una declaración.
Mariana Aylwin fue informada en el aeropuerto de Santiago la noche del lunes de su impedimento para ingresar a la isla, a la que viajaba para recibir de parte de una organización cívica un reconocimiento a su padre, el expresidente Patricio Aylwin (1990-1994), el primer mandatario en asumir el gobierno chileno tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Mariana Aylwin iba a recibir el reconocimiento a su padre de parte de la organización presidida por Rosa María Payá. Militante del oficialista partido Demócrata Cristiano, al igual que su padre, Mariana Aylwin ha apoyado públicamente a organizaciones de la disidencia cubana. La ceremonia no contaba con la autorización del gobierno del Raúl Castro.