Que la rumba no
le quite el sueño
Desde la batalla que en sus inicios celebraba con una artillería de flores el final de la Guerra de los Mil Días hasta la despedida del que cada año regresa recargado de su tumba para continuar la parranda, a los barranquilleros les esperan cuatro días de jolgorio.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando se aplica el “hasta que el cuerpo aguante”?.
Explica la presidenta de la Asociación Colombiana de la Medicina del Sueño, Karen Parejo, que dormir menos de seis horas puede afectar la concentración, la memoria y el sistema inmunológico —mayor propensión a infecciones de tipo respiratorio—.
“Como dice el lema del Día Mundial del Sueño de este año: dormir bien nutre el cuerpo”, añade Parejo. Y continúa afirmando, “de modo que las personas que en estos días están trasnochando y tomando licor, al mismo tiempo, deben evitar manejar o hacer actividades que requieran altos niveles de atención o desarrollo intelectual, porque sus niveles de concentración están muy alterados”.
Dice la neuropsicóloga Nury Lugo que la falta de sueño, “en Carnaval o en cualquier época del año”, trae consecuencias, especialmente, en las funciones ejecutivas superiores. Es decir, en la “capacidad para concentrarse, memorizar, planificar o tomar decisiones”. Lugo también señala que la falta de sueño incide en el apetito. “Se altera el ritmo circadiano (dormir de día e insomnio en la noche). Esto a su vez repercute en un mal metabolismo corporal y una mala absorción de nutrientes (lo que puede ocasionar sobrepeso)”.
Así mismo, Parejo recuerda que las personas que duermen poco y están expues- tas a la ingesta de licores o bebidas estimulantes para mantenerse despiertos tienen un alto riesgo de padecer patologías cardiovasculares, muerte súbita e infarto.
Los problemas de conducta o de personalidad de una persona que deja de dormir bien, comenta Lugo, se exacerban; “hay irritabilidad, explosividad, depresión y baja tolerancia a la frustración ”. Y se disminuyen los reflejos, “puede desde regar el café hasta causar accidentes de tránsito (...) Tras 3/4 días sin dormir se incrementa el riesgo de riñas, atracos, conflictos, y, si le sumamos la ingesta de alcohol o drogas, se crea el adecuado caldo de cultivo para un caos”.
Una investigación publicada en la revista Science obtuvo imágenes de alta resolución espacial que muestran lo que le ocurre al cerebro todos los días (las zonas de unión entre dos neuronas, o sinapsis, engordan en el día, y en la noche pierden cerca del 20% de su tamaño. Explican que ese aumento está relacionado con el aprendizaje y la memoria. Por tanto, si ese crecimiento, que se equilibra con el sueño, es ilimitado se produce un colapso en la transmisión de las señales neuronales.
PROCESAMIENTO DE MEMORIA. Según un artículo científico del Departamento de Psciología y del Instituto de Neurociencias Helen Wills, de la Universidad de California —sobre el rol del sueño en la cognición y las emociones—, para que los recuerdos perduren, desde minutos hasta años, “parece necesaria una operación inconsciente de consolidación de eventos, que proporcione una mayor resistencia a la decadencia de los recuerdos o una memoria mejorada”.
Así, el sueño ha estado implicado tanto en la codificación, que posibilita convertir los elementos percibidos en constructos que pueden ser almacenados en el cerebro y evocados posteriormente desde la memoria a corto plazo o a largo plazo, como en la consolidación de la memoria, el paso de corto a largo plazo de la memoria.
Deficiencias significativas fueron evidenciadas en la retención y codificación de un grupo de sujetos privados del sueño durante 36 horas.
Así mismo, probaron los investigadores en otro grupo que tras 35 horas de privación total, regiones del cerebro involucradas en el aprendizaje estuvieron menos activas que las del grupo que había dormido.
Otro resultado de la indagación arrojó que quienes no dormían presentaron un dominio predominante de las memorias negativas, combinado con un déficit de retención de las memorias positivas y neutrales.
Afirman que “esa alteración selectiva en la codificación de la memoria puede proporcionar una explicación experimental de la mayor incidencia de depresión en las poblaciones que sufren trastornos del sueño.
DORMIR POCO, FACTOR DE RIESGO PARA SOBREPESO.
Otro artículo del Departamento de Medicina de la Universidad de Chicago demostró cómo un inadecuado sueño puede ser un nuevo factor de riesgo asociado con una mayor vulnerabilidad a la obesidad.
Señalan que investigaciones experimentales han encontrado que la restricción del sueño a corto plazo se asocia con alteraciones del metabolismo de la glucosa, desregulación del apetito y aumento de la presión arterial.
Además, estudios observacionales han evidenciado asociaciones entre la duración corta del sueño (generalmente 8 horas por noche) y la enfermedad cardiometabólica.
Un estudio experimental realizado en mujeres, “que iban desde magras a obesas”, examinó los efectos de la restricción progresiva del sueño durante cuatro noches (7,6, 6 y 4 horas por noche) y encontró que la ingesta calórica aumentó en 20% después de la restricción del sueño.