Reversazo aleccionador
El Gobierno echó para atrás la resolución que ajustaba la sobretasa a la gasolina y reducía los ingresos de municipios y departamentos. Lo sucedido deja abiertas inquietudes sobre la manera en que se toman estas decisiones.
Los líderes políticos de la Región Caribe proyectaban pérdidas de hasta un billón de pesos en una década por el ajuste que, unilateralmente, había definido el Gobierno Nacional en los precios de referencia para la liquidación de la sobretasa de la gasolina, fuente importante de recursos en los territorios.
Los alcaldes y gobernadores unieron su voz de protesta para oponerse a la Resolución 41279 del Ministerio de Minas y Energía, del 30 de diciembre de 2016, mediante la cual se definían las reducciones en la base gravable. La queja radicaba en varios puntos sobre los que vale la pena reflexionar, y, por qué no, procurar que se desprendan lecciones para evitar que se sigan repitiendo este tipo de situaciones orquestadas desde el poder central, estos rastros de esa rancia mirada discriminadora y centralista que tanto daño les ha hecho históricamente a las regiones y que tanto ha costado erradicar.
Desde los territorios el malestar tenía bases claras y fundamentadas. Lo primero es que esta decisión se había impuesto de manera inconsulta. Además de situar esto en el plano de la “arbitrariedad” y “atropello” para muchos líderes, lo sucedido lleva a preguntarse si los técnicos de los Ministerios de Hacienda y de Minas hicieron algún tipo de análisis sobre su posible impacto. Pareciera que no, por la tremenda afectación que implicaba. Y ese es el segundo punto. Alcaldes y gobernadores advirtieron que esta medida estaba retirando importantes recursos de los presupuestos de los municipios, distritos y departamentos para transferirlos a la nación. En Barranquilla y el Atlántico se habrían dejado de percibir unos $25.000 millones anuales, normalmente destinados para inversiones en infraestructura vial y transporte. No es poca cosa en nuestro panorama actual. Por eso es tan importante que, luego de la presión, el Gobierno haya dado reversa en la resolución. Se seguirá empleando la fórmula vigente el año pasado, y Minminas se comprometió a radicar en el Congreso un proyecto de Ley para aclarar la situación, integrando las inquietudes planteadas. Esta derogación no es ningún triunfo. El centralismo no se cansa de dar muestras de que sigue vivito y coleando, y hay que estar siempre atentos para atajarlo y mostrar unidad de Región frente a él. Ahora, lo que han advertido desde la otra orilla de la discusión es que los consumidores finales serán quienes terminen siendo perjudicados, puesto que tendrían eventualmente que asumir el costo en un posible replanteamiento de la fórmula de la gasolina para compensar la sobretasa.
Ojalá esto no se traduzca en mayores afectaciones para la economía de los ciudadanos, que ya se ha visto golpeada por el apretón fiscal del Gobierno, concomitante con circunstancias complicadas como un dólar alto y una inflación por encima de lo previsto. Esperemos que no sea así y que, si llega a presentarse tal escenario de impacto a los usuarios finales, los líderes políticos muestren igual cohesión y articulación para levantar su voz y evitar que se concrete otra inequidad, si es el caso.
Ojalá esto no se traduzca en mayores afectaciones para la economía de los ciudadanos, que ya se ha visto golpeada por el apretón fiscal del Gobierno, concomitante con circunstancias complicadas como un dólar alto y una inflación por encima de lo previsto.