RASTROS de arte AFLORAN en el Hotel El Prado
Expertos analizan si se trata de un mural pintado, posiblemente, por Alejandro Obregón en el bar Caribe de este recinto turístico.
Los trabajos de adecuación y los estudios que está llevando a cabo el Consorcio FTP en el Hotel El Prado, de acuerdo con el contrato de concesión que firmó con el Fondo Nacional de Turismo (Fontur), han hecho aflorar rastros de lo que sería un mural artístico. Una de las hipótesis que se estudian es que pueda ser obra de Alejandro Obregón.
En el bar Caribe del emblemático edificio, cuya construcción comenzó en 1927, hay unas “calas” (toma de muestras) que han sacado a la luz dichos vestigios. Fuentes cercanas al hotel cuentan que Obregón frecuentaba el establecimiento, ya que su padre fue uno de los arquitectos del mismo, y también visitaba constantemente sus instalaciones.
Mario Venturini, quien estuvo al frente de El Prado en dos temporadas, primero desde 1970 hasta 1972, cuando el hotel era operado por la cadena Intercontinental; y luego desde 1985 hasta 1999, narra que Alejandro Obregón iba recurrentemente a la ‘joya arquitectónica’ de Barranquilla, ya que “era la segunda casa de su familia paterna”.
Aunque no recuerda haber conocido un fresco en el bar, señala que: “alguna vez me contaron que había una obra del maestro Obregón en el techo del salón Magdalena. Lo hablé con los dueños del hotel y me dijeron que no querían tocar la arquitectura para revelar si era cierto o no”.
Delma Navarro también fue gerente del hotel, desde 2012 hasta 2015, y además laboró en él desde 1985 junto a Venturini, desempeñándose en varios cargos hasta llegar a la gerencia. Ella manifiesta que “siempre ha existido el mito de que hay pinturas de Obregón en El Prado”.
Y coincide con su exjefe al indicar que se presumía que en el techo del salón Magdalena habría una pintura de la autoría de Obregón; “pero las adecuaciones y las capas de pintura no han permitido corroborar esta historia”.
El maestro en Artes Plásticas y ex decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, Humberto Aleán fue pupilo de Alejandro Obregón e incluso pintó con el artista el telón ‘Se va el caimán’ del teatro Amira de la Rosa.
Para el académico, es difícil identificar si se trata de una obra de su mentor, ya que las muestras que se encuentran en el hotel son muy pequeñas y no dan detalles para saber si se trata de la paleta de colores de Obregón, de sus trazos o de su estilo.
“A él lo caracterizó el uso de los tonos grises en varios de sus trabajos. Hay que seguir investigando, porque el hotel guarda muchos secretos artísticos que vale la pena averiguar”, destaca.
De acuerdo con Aleán, hace décadas hubo una especie de mural a la vista del público en el bar Caribe. Pero según sus colegas y allegados artísticos también se hablaba de que otro pintor, Roberto Perafán pudo haber dejado recuerdos plasmados en las paredes de El Prado.
Perafán vivió alrededor de 30 años en Barranquilla y alternó su trabajo con el de ceramista, decorador de vitrinas y se destacó como constructor de carrozas para el Carnaval.
Aunque el Ministerio de Cultura debe autorizar que se hagan los trabajos pertinentes para determinar que sea realmente una obra del pintor, los recientes hallazgos de la actual gerencia del hotel, que tiene dos meses, y las historias de quienes llevan más de 40 años involucrados con El Prado esbozan que puede haber obras del mencionado retratista en este emblemático lugar.
“El lugar guarda secretos artísticos para investigar”.