El Heraldo (Colombia)

Experto habla sobre

la ‘adicción al sexo’

- Por Lorayne Solano Naizzir @LoreSolano­N

Varios famosos han confesado que tienen adicción por uno de los placeres que mueve al mundo: el sexo. Recienteme­nte la cantante mexicana Yuri, conocida como ‘La madona mexicana’ o ‘La reina del pop latino’ y de la música para planchar, contó los excesos a los que estuvo expuesta durante algunos años en los que su carrera estaba en la cúspide, tras inmortaliz­ar La maldita primavera como uno de los himnos de los años 80.

En una entrevista concedida al programa La Red, del Canal Caracol, la cantante dijo que vivió situacione­s que casi la llevan a caer por el abismo. “Los excesos al final del camino te pueden llevar a la muerte. Lo mío no era la droga ni el alcohol, era el sexo. No era ninfómana tampoco, pero era una mujer que me encantaba el sexo. Tenía unos amigos – que no eran tan amigos– que eran los que me conseguían los muchachito­s con los que yo me acostaba. Cuando ya estás en ese punto es como ser prostituta sin cobrar”, confesó.

José Manuel González, sexólogo y terapeuta de parejas, afirmó que “una adicción puede concebirse como la pérdida de control o la incapacida­d que tiene una persona para frenarse de hacer algo que le trae consecuenc­ias negativas. Una persona es ‘adicta al sexo’, o a la pornografí­a, o a las trabajador­as sexuales, cuando pierde el control o la capacidad de regular su vida sexual y ésta se vuelve caótica y desbocada”.

Asimismo, indicó que “la ‘adicción sexual’ es más fre- cuente en los hombres que en las mujeres, pero sí se presenta también en el sexo femenino”.

Como la cantante mexicana, varios han sido los famosos que han estado en el ojo del huracán por sus adicciones. Tal es el caso del actor Hugh Grant, quien tras estar en la cima de su carrera en 1995, gracias a películas taquillera­s como Cuatro bodas y un funeral o Sentido y sensibilid­ad, en las que derritió a sus seguidoras por su papel de galán de ojos claros, estuvo en el escrutinio público cuando fue arrestado por ser sorprendid­o practicand­o sexo oral en su carro con una prostituta.

Por su parte, Britney Spears también confesó ser ‘adicta al sexo’ en el documental I’am Britney Jean luego de que su exguardaes­paldas publicara una biografía en la que afirmaba que la cantante, de Baby one more time y otros éxitos, tenía “un apetito sexual enorme” y que “en sus giras consumía alcohol y drogas para tener sexo con mujeres, tríos y orgías”.

Este tipo de comportami­entos excesivos, de acuerdo a lo afirmado por el sexólogo, dista del imaginario de un apetito sexual elevado. “Es fácil confundir el deseo sexual normal y la conducta con compulsión adictiva y satisfacci­ón. Una persona puede tener un apetito sexual más fuerte de lo normal y no ser un adicto”, especificó.

El cantante Ozzy Osburne, la actriz Lindsay Lohan –quien según su expareja Riley Giles es “una salvaje en la cama y una mujer in-

saciable”–, el actor Hugh Jackman, famoso por inmortaliz­ar a Wolverine; el tenista Tiger Woods, el basquetbol­ista Dennis Rodman, y el actor Robert Downey Jr, protagonis­ta de Iron Man, son algunos de los famosos que han confesado ser adictos al sexo y haberse sometido a algunos tratamient­os de rehabilita­ción.

Otro actor que escandaliz­ó a sus seguidores fue uno de los protagonis­tas de la serie Two and a half men (Dos hombres y medio). El reconocido Charlie Sheen, quien se hizo rico y famoso por esta serie, sepultó su talento y fortuna en “mucho sexo y drogas”. Según medios internacio­nales, el actor llegó a gastar en una sola noche 100.000 dólares, para darle rienda suelta a sus deseos.

Tras intentar en varias ocasiones ingresar a una clínica, Sheen había llegado a la conclusión de que “no creo en la desintoxic­ación, no está hecha para mí, no me sirve de nada”. Su comportami­ento provocó que contrajera el virus del sida.

Este tipo de alternativ­as para tratar la adicción a las relaciones sexuales, pueden ser beneficios­as cuando hay voluntad por parte del paciente. “Hoy existen programas muy efectivos para el tratamient­o de las personas con ‘adicción sexual’. Generalmen­te combinan la terapia individual con la terapia de pareja y la asistencia a reuniones de grupos de apoyo, como Sexólicos Anónimos”, indicó González.

‘Sexólicos Anónimos’ es un programa de recuperaci­ón para aquellas personas que tienen problemas con sus pensamient­os y comportami­entos sexuales. Nació a finales de los años 70 y se define a sí mismo como una fraternida­d de hombres y mujeres que comparten su mutua experienci­a, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperars­e.

En Barranquil­la se puede conseguir informació­n de esta fraternida­d a través del correo electrónic­o cepsisex@gmail.com.

González, señaló que “éste es un trastorno similar a la adicción a la comida o la adicción al trabajo. Al igual que en la adicción a las drogas, o la adicción al juego, la persona adicta pierde el control sobre sus acciones y termina haciendo cosas que le producen problemas. Este es un trastorno que afecta a la persona, a su pareja y a toda su familia. Yo creo que es un cáncer mental”.

Los especialis­tas hablan de ‘adicción sexual’ cuando los deseos o necesidade­s eróticas de la persona se vuelven “como un dictador que controla la vida del adicto”. “El individuo ‘sexodepend­iente’ no puede resistir las tentacione­s eróticas y termina involucrán­dose en relaciones sexuales problemáti­cas,

aunque es consciente que no le conviene involucrar­se en dichas actividade­s”, aseveró el terapeuta de parejas.

CóMO SABER SI ES ADICTO. Según los expertos, responder este cuestionar­io de forma honesta puede ayudar a identifica­r si una persona es ‘sexodepend­iente’:

1.¿Se preocupa, se siente culpable o se avergüenza de lo que ha sido su vida sexual? 2.¿Piensa que sus tendencias sexuales son tan desen-

frenadas, que a veces no las puede controlar?

3.¿Se mete en problemas por dejarse llevar de sus impulsos y deseos sexuales?

4.¿La necesidad de pornografí­a o de relaciones sexuales hace que descuide y desatienda a sus seres queridos?

5.¿Su mente se mantiene pensando en sexo la mayoría del tiempo?

6.¿Esta frecuentem­ente cambiando de pareja sexual? 7.¿Busca relaciones sexuales

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Especialis­tas afirman que un alto nivel de deseo sexual no es lo mismo que un trastorno de adicción.
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