Poder cristiano vs Estado laico
El poder cristiano no puede seguir soslayándose como fuerza política determinante dentro de un Estado laico. La democracia más fuerte del planeta, tiene en su moneda frases y símbolos directamente relacionadas con Dios, entre otros: In God
We Trust, traduce “En Dios confiamos”, la cual constituye el lema nacional oficial de Estados Unidos, elegido por el Congreso Norte Americano en 1956, es visible en todas las dependencias administrativas oficiales y edificaciones públicas sin excepción alguna; “El Ojo de la providencia”, simboliza la vigilancia y providencia de Dios sobre la humanidad; y la frase latina “COEPTIS
ANNUIT”, que traduce “Él (Dios) favorece nuestra empresa”.
Respecto del Estado Laico, la Corte Constitucional en Sentencia C-817 de 2011, señaló, que: “Estados que, siendo ejemplos paradigmáticos Estados Unidos y Francia, basan su modelo de organización política en un criterio secular, fundado en la estricta separación entre iglesias y Estado, al igual que en el reconocimiento de la libertad religiosa y en la correlativa prohibición para el Estado de prohijar un credo particular. Así, como lo indica la sentencia C-350/94 “Éstos regímenes constitucionales reconocen el hecho religioso y protegen la libertad de cultos, pero, por su laicismo, no favorecen ninguna confesión religiosa por cuanto consideran que ello rompería la igualdad de derecho que debe existir entre ellas. Ello implica, como contrapartida, que la autonomía de las confesiones religiosas queda plenamente garantizada, puesto que, así como el Estado se libera de la indebida influencia de la religión, las organizaciones religiosas se liberan de la indebida injerencia estatal.”
Entonces, una cosa es el Estado Laico, cuya estructura es clara y otra muy distinta es el poder que ejerce el cristianismo al interior de un Estado Laico. La cuestión no es tan simple como contraponer per se el cristianismo con el Estado Laico, se trata de la posibilidad real que tiene el cristianismo de detentar el poder político en democracias desgastadas, corruptas y faltas de liderazgo.
No hay duda que en el futuro político uno de los actores determinantes será el cristianismo. Razones: 1.- En 2011, 8 de cada 10 colombianos, profesaba la fe cristiana. 2.- La nación está ávida de un nuevo discurso fundado en: valores, moral y ética, columna vertebral del cristianismo. 3.- El cristianismo en la coyuntura ha logrado abrirse un gran espacio político. 4.Carencia mayoritaria de cultura política. Y, 5.- Desgaste de la maquinaria. Conclusión: el sector político que gane el favor del pueblo cristiano, tiene gran probabilidad de llegar al poder.