Ahora es el turno de Comesaña
Junior lo logró. Entusiasmar, emocionar e ilusionar a sus hinchas, una misión que parecía imposible después de las pésimas campañas de los dos últimos torneos, es un objetivo alcanzado por el club, gracias, principalmente, a los fichajes de Yimmi Chará y Teófilo Gutiérrez.
Los dos jugadores, por los cuales se invirtieron siete millones y medio de dólares (4.5 por el vallecaucano y 3 por el barranquillero), se convirtieron en el motor que impulsó una inesperada juniormanía, que se multiplicará o se desinflará de acuerdo a los resultados que comience a cosechar el equipo en los tres torneos que se aproximan (Liga, Copa Sudamericana y Copa Águila).
Ya vimos lo concurrida que resultó la presentación de Chará (13 mil personas, aproximadamente) y nos imaginamos la locura que existirá esta tarde en la de Teo (abrirán todas las graderías del estadio Roberto Meléndez). Hay una efervescencia que se debe mantener y blindar terminando de dotar al plantel y comenzando con pie derecho en la competencia (el miércoles juega ante Jaguares en partido pendiente de la Copa Águila, que significa la clasificación o eliminación de este campeonato).
No es traer a Chará, a Teófilo y listo el ‘pollo’. Todavía falta ‘alguito’: un lateral izquierdo (que podría ser Brayan Angulo) y tal vez un volante más, uno habilidoso de ida y vuelta por el costado izquierdo (que hubiera podido ser el peruano Alexi Gómez, al que Universitario no soltó) o un creativo (para contar con una alternativa ofensiva de peso aparte de Jarlan Barrera, de quien se espera muchísimo porque tiene calidad).
Al margen de ese par de fichas que parte de la hinchada y la prensa sigue esperando (aunque el presidente de Junior, Antonio Char, dijo que solo se busca un lateral), está pendiente otra ‘cosita’: que Julio Avelino Comesaña logre ensamblar un equipo equilibrado y sólido. El técnico actual tiene las herramientas que el anterior, Alberto Gamero, no exigió (ni le dieron).
Después de la gestión y la inversión de los directivos, ahora el turno es de Comesaña y los jugadores. El entrenador debe sacarle provecho a la nómina que posee y sus dirigidos deben comprometerse con responsabilidad y profesionalismo para llenar las enormes expectativas que han despertado.