‘150 miligramos’
Una batalla contra el imperio de las compañías farmacéuticas.
Emanuelle Bercot, conocida por Standing Tall (2015) y Polisse (2011), continúa con sus temas de justicia social en este nuevo drama basado en hechos reales, donde una doctora francesa se enfrenta a una empresa productora de drogas y al sistema de salud de su país, para dar a conocer la verdad acerca de un medicamento que sospecha es el causante de la muerte de un número significativo de pacientes.
Se trata del Mediator, droga para tratar la diabetes y el sobrepeso, que la Dra. Irène Frachon, especialista en neumología del hospital de Brest, en el norte de Francia, empieza a denunciar desde el año 2009, y el caso se prolonga hasta 2011 cuando finalmente sale del mercado.
La doctora, interpretada por la actriz danesa Sidse Babett Knudsen, observa a partir de un caso de cirugía de corazón abierto mos- trado con lujo de detalle al comienzo del film, cómo la válvula funciona de forma irregular, hecho que asocia a varios pacientes medicados con la misma droga.
Pero descubrir la verdad cuando esta puede representar la pérdida de millones para la compañía farmacéutica Servier, que produce el remedio, no resulta fácil, y son muchos los obstáculos que se interponen en el camino para evitar retirar la droga del mercado, mostrando lo desechable que puede ser la vida de un ser humano si de defender el bolsillo se trata.
La película, que se inicia con un tono documental, nos conduce por todas las tramas burocráticas que tuvo que sobrepasar Frachon para lograr ser escuchada, y la directora no escatima en detalles para hacernos sentir la pesadilla en carne propia, extendiéndose a más de dos horas de duración.
El drama médico se complementa con escenas familiares histriónicas, a veces innecesarias, pero que muestran el alcance que puede tener este tipo de actos heroicos que terminan afectando las relaciones familiares tanto de pareja como con los hijos. Afortunadamente, Bruno (Patrick Ligardes), el esposo de la doctora, le presta todo el apoyo necesario encargándose de las labores domésticas.
Igualmente se vieron afectadas las relaciones con los colegas que se involucraron en la investigación, en especial el doctor Antoine Le Bihan (Benoît Magimel), responsable de la parte epidemiológica, con quien tuvo enfrentamientos sobre cuál sería la manera más apropiada de descubrir los hechos ante las presiones burocráticas de la AFSSAPS, agencia encargada de aprobar los medicamentos en Francia.
La impotencia ante el sistema hace que Antoine desfallezca, pero la persistencia de esta mujer, afectada por sus casos, la lleva a seguir adelante, hasta el punto que decide publicar un libro en el cual se basa el guion a cargo de Séverine Bosschem y Bercot, e involucrar a la prensa.
Es conocida la táctica de los laboratorios farmacéuticos de presionar y hasta sobornar a los médicos para prescribir ciertos medicamentos, buscando beneficios económicos propios, por encima del bienestar del paciente, y de ahí la importancia de cuestionar las opciones médicas posibles para cada caso particular.