AL TESORERO PELL LO PERSIGUEN LAS ACUSACIONES
La trayectoria de George Pell, que ascendió de cura de parroquia rural a tesorero del Vaticano, se vio ensombrecida en los últimos años por controversias surgidas en el pasado.
Para quienes lo admiran, el cardenal Pell, de 76 años, es símbolo del tradicionalismo católico australiano. Para sus detractores, es el rostro de una institución que fracasó a la hora de enfrentar las acusaciones de pederastia.
Fue nombrado arzobispo de Melbourne, posteriormente de Sidney y, en 2003, fue incluido en el poderoso Colegio de Cardenales, lo que le otorgaba la posibilidad de elegir al papa.
En 2014, el papa Francisco lo eligió para lograr una mayor transparencia en las finanzas del Vaticano, convirtiéndose en número tres de la Santa Sede.
“El cardenal Pell es uno de los hombres eclesiásticos más grandes que Australia haya tenido”, dijo de él el ex primer ministro conservador Tony Abott.
Pero su reputación se vio perjudicada en los últimos años por las acusaciones de que habría encubierto abusos sexuales cometidos por los curas en el estado de Victoria cuando ejercía allí su ministerio.
Una investigación nacional sobre la respuesta institucional que se dio a los abusos sexuales contra menores en Australia entre 1950 y 2010 concluyó que un 7% de los curas habían sido acusados de actos de pederastia. Estas acusaciones no dieron lugar a ninguna pesquisa.
La comisión de investigación real que llevó a cabo durante cuatro años esas investigaciones halló que a la Iglesia australiana se le señalaron 4.444 presuntos casos de pederastia. En algunas diócesis, más del 15% de los curas eran sospechosos de abusos, añadió. AFP