Junior sigue en período de engranaje
El Tiburón todavía no muestra bien todos sus dientes, pero ya está mordiendo puntos importantes. Le ganó 1-0 al Once Caldas en Manizales, en el partido de ida de la segunda ronda de la Copa Águila; le empató 1-1 al Deportivo Cali, en la capital del Valle, en el primer juego de la serie de segunda ronda de la Copa Sudamericana; y se impuso 3-0 a Equidad, en Barranquilla, y 1-0 a Jaguares en Montería, en las dos primeras jornadas de la Liga. Ah, y ya había vencido al cuadro felino, por el mismo marcador y en el mismo escenario cordobés, en duelo pendiente de la fase de grupos de la Copa criolla.
Cinco partidos en este segundo semestre (solo uno en casa), cuatro triunfos, un empate y ninguna derrota. Siete goles a favor y solo uno en contra. Nada mal. En materia resultados es sobresaliente e indiscutible este comienzo del escualo, que ya no se ve escuálido como en el semestre anterior.
Es lo menos que se esperaba después de la gran inversión económica que se hizo para robustecer la nómina. Ahora, sobre la base de esos buenos guarismos, hay que empezar a mejorar el juego, donde el equipo, especialmente en los dos recientes partidos ante Cali y Jaguares, se vio con falencias ofensivas.
Excelente que Sebastián Viera haya recuperado su mejor nivel y esté volando de palo a palo y atajando penaltis (suma dos de forma consecutiva en la Liga). Para eso trabaja y para eso le pagan, es cierto, pero que el uruguayo resulte figura quiere decir que algo se está haciendo mal en las otras líneas. Algo, no todo. El equipo se ve firme físicamente, comprometido, ordenado, solidario y con pundonor.
Hay que seguir engranando piezas, puliendo defectos y potenciando virtudes. Junior debe ser más sólido, continuo y claro como equipo. Sé que es cuestión de ritmo y tiempo. Mientras se logra eso, tiene que ir sumando puntos, como hasta ahora.
Lo bueno de todo es que le toca corregir sin la presión y pesimismo de las derrotas. Hay tanta armonía e ilusión que muchos hinchas se molestan con cualquier reparo que se le haga al equipo. Otros, más exigentes, piden crítica despiadada porque “Comesaña es defensivo y no juega a nada”. Son visiones bien disímiles, unos ven el vaso medio vacío y otros, medio lleno. Ni lo uno ni lo otro. Ni Junior es un equipo infalible que está listo para ganar la Liga de Campeones ni un equipito cobarde, sin libreto y sin brújula. Esto apenas empieza. Va paso a paso, con cualidades y debilidades. Sigue en período de engranaje.