Hipnosis terapéutica y en la investigación
Cuando logramos desacelerar la actividad mental y consciente del ser humano, utilizando una simple fijación visual, un sonido monótono o una fascinación verbal tenemos un sujeto en un estado apropiado para inducción hipnótica. De esta manera hemos logrado inmovilizar sus pensamientos, permeabilizando su mente superior, analítica, objetiva y liberando así la parte subyacente de la conciencia que equivale a la mente subjetiva, archivo de recuerdos, más conocida como subconsciente.
En ese momento el operador, hipnotista, hipnoterapeuta, hipnólogo o simplemente hipnotizador, puede instalar una idea o imagen determinada a niveles de profundidad en la conciencia humana, representación que se convierte de inmediato en poderosa compulsión y fuerza realizadora de la fe.
La compulsión es mayor cuanto más grande sea la profundidad, al introducir una idea o imagen que generalmente guarda relación con el grado de sueño hipnótico alcanzado.
Infinidad de aristas y perfiles tiene este tema, el cual podríamos tratar más adelante para que nos dieran una idea más clara acerca de los diversos mecanismos de la mente humana y los múltiples fenómenos de los que nos hablan los parasicólogos, tales como la levitación, la sicoquinesis, la telepatía y la premonición.
El origen de las neurosis y sicopatías, tales como los complejos, las fobias y manías pueden ser adquiridas en un período de la infancia como consecuencia de una imagen que penetró a niveles subconscientes en un clima de terror, factor que tiene la propiedad de permeabilizar la mente consciente, vulnerable y sensible de la esta etapa de la vida, determinando la futura personalidad neurótica del niño, que ulteriormente podría convertirse en peligroso ciclotímico, suicida, paranoide o esquizoide.
El enigma de los sueños, la incógnita de las supersticiones y sus incidencias negativas en la salud mental y física de las personas, las prodigiosas manifestaciones de la fe atribuidas muchas veces a milagros, el increíble poder de los gurú y de los lamas tibetanos, la magia de las barajas, el fetichismo y la extensa gama del ocultismo, del gnosticismo, los inquietantes corolarios de Los tatwametros o Las Vibraciones del Éter, el viaje astral, el Kundalini, el tercer ojo propuesto por Lopsam Rampa, la alquimia espiritual…
Todos estos fenómenos pueden ser comprendidos por los fundamentos elementales del maravilloso engranaje de la mente-sustancia emanada de Dios y legada al ser humano.