Sí, hay que hablar de lo obvio
El periodismo informativo, aquel que vivía de la primicia y de los anuncios del jefe de prensa de los líderes políticos, ha sido desplazado de forma definitiva por la inmediatez de las redes sociales, las cuales operan como el centro de la información multimedia, una realidad del periodismo contemporáneo. Esta semana se desarrolla la Fiesta del Libro de Cúcuta 2017, escenario que este año homenajea a las letras y cultura del Caribe colombiano. He sido invitada a dictar un conversatorio sobre retos del periodismo contemporáneo, invitación que recibo con orgullo como mujer caribe y columnista de esta casa editorial.
Parece sobrevalorado hablar de lo obvio: la transición de la prensa escrita al reino del contenido digital. Sin embargo, en una sociedad donde el periodismo ha perdido la confianza y la credibilidad ante su audiencia, el panorama es menos sencillo de lo que parece, y los retos del periodismo resultan aún mayores que en el pasado. Ahora, la prensa deberá priorizar la creación de contenidos propios a través de la conformación de equipos de investigación que tengan la capacidad de generar información de valor, utilizando herramientas del periodismo de datos, que facilitan el proceso de análisis de miles de documentos que esconden todo tipo de datos, y que además faciliten la visualización de tal información al lector. Es determinante decir que la tecnología, lejos de ser el enemigo de la prensa, ahora es su principal aliado.
Mientras estas células de investigación se dedican exclusivamente a sus historias, las salas de redacción tienen otro reto, el de salvaguardar la verdad ante un mundo donde la mentira se ha adueñado de la realidad. Nuevamente, herramientas como la búsqueda inversa resultan de gran valor para determinar la veracidad de hechos que se encuentran plasmados en fotos. Aquí el reto del periodismo es mostrarle la verdad al ciudadano, ser garante de que las imágenes y videos que se comparten desde sus canales obedecen exclusivamente a la realidad.
Un tema que no se puede escapar del radar de este asunto es el periodismo de opinión, el cual se ha visto fuertemente debilitado ante las opiniones rápidas y cortas que se dan en tiempo real ante las redes sociales de columnistas y analistas. Difícilmente una opinión que se manifiesta en 140 caracteres –como es el caso de Twitter– puede contener todos los elementos de juicio necesarios para evaluar las razones por las que se llega a una determinada conclusión. Se encuentran escenarios terribles donde se opina sobre una decisión judicial sin que esta se haya dado a conocer en su integralidad al público. Será un reto utilizar escenarios como la red Medium, para ahondar en opiniones, más aún cuando vienen de personas que gozan de cierta credibilidad.
Importante para los lectores de esta columna y para quienes me acompañaron en el conversatorio, conocer fuentes relevantes sobre la materia, como la tesis que sostuvo Miguel Ángel Bastenier, la literatura sobre la ética en el periodismo de María Teresa Herrán, o, hablando sobre crossmedia, la reciente entrevista de Alberto Mario Coronado a Alessandro Nani en la revista Latitud de EL HERALDO.