Evolucionando
No recuerdo si me he referido con anterioridad a lo que voy a decir, pero es que la evidencia es tan apabullante que no se puede ocultar. Me refiero a que está naciendo una nueva generación de cerebros y cuerpos que distan mucho de los que tenemos las personas de mi generación, lo cual es algo que deben saber padres y profesionales de la salud.
Me percaté del asunto hace varios años, después de recibir en la consulta a padres que me decían cosas extraordinarias diferentes a las que aprendí en la facultad de medicina en el semestre en el que me enseñaron pediatría, mediados de los 70. Para esa época, los niños nacían por vía vaginal, la cesárea era un evento extraordinario; sostenían la cabeza a los 2 meses y, en adelante, se daba un proceso que iba desde sentarse, gatear, ponerse de pies y andar, lo cual se cumplía alrededor del año de edad.
El resultado de todo este proceso era la creación de una inteligencia psicomotriz, entendida como la perfecta coordinación entre el pensamiento y la acción motora. Paralelamente, se daban las habilidades cognitivas que se manifestaban en el desarrollo de la inteligencia y del lenguaje hasta lograr el inicio del habla amplia y suficiente alrededor de los 3 años de edad. A los 5 años de edad éramos unos adultos en miniatura por nuestras capacidades motrices e intelectivas, a esa edad se iniciaba la escolaridad.
Hoy, eso es completamente diferente. Debo confesar que, al principio, no les creía a los padres cuando me decían que su hija caminaba desde los 9 o 10 meses de edad, otros con un niño que leía párrafos de cierta longitud a los 3 años; aquellos, que su niña hablaba con toda claridad y con frases largas y coherentes desde los 2 años. Luego, la evidencia fue siendo tan abrumadora que tuve que sentarme a buscar entre mis apuntes de la escuela de medicina alguno que pudiera explicarme esto que aparecía frente a mis ojos.
No encontré nada, por supuesto, porque el ser humano ha cambiado en todos estos años que tengo de médico y, frente a mis ojos, tengo una demostración palpable de lo que es el proceso evolutivo. Es una maravilla cómo ha cambiado el cuerpo y el cerebro, y siempre de acuerdo con lo que dicta la naturaleza. Porque ella, sabia, ha sabido crear niños para las necesidades de hoy día: neuronas veloces para descifrar los códigos de la tecnología contemporánea y cuerpos hipotónicos que solo necesitan una silla cómoda y unos dedos hábiles para teclear en los aparatos de los multimedios. Es lo más provechoso en ciudades que crecen para arriba en cajones llamados apartamentos, que no facilitan el acceso a otro tipo de actividades que requieran de la psicomotricidad mayor.
Son chicos y chicas muy inteligentes, en la mayoría de casos, pero con unos cuerpos que no les permite gozar los otros dominios de la vida, y que los mete en problemas por sus conductas disruptivas sin tener una enfermedad.