“Epifanía’ es un movimiento que va de la oscuridad a la luz”
El cineasta caleño conversó con EL HERALDO acerca de su última película, que dirigió en compañía de la directora sueca Anna Eborn, y fue estrenada la primera semana de noviembre.
El 2 de noviembre se estrenó en las salas de cine colombianas Epifanía, el último largometraje del realizador colombiano Óscar Ruiz Navia. En este filme, que codirigió con la cineasta sueca Anna Eborn, le apuesta a un estilo narrativo que no está enmarcado dentro del hilo conductor tradicional, sino que define como un movimiento.
El director, en conversación con EL HERALDO, contó detalles de esta película, que fue producida por Contravía Films.
PLa película nace de la historia de su propia madre, quien incluso actúa protagonizando el filme, y de la de Anna Eborn, quien es la codirectora. ¿Cuál era la visión que usted tenía de su madre?
RYo he tenido toda la vida una relación cercana a mi mamá. Crecí en un ambiente rodeado de mujeres, tengo dos hermanas, estaba mi mamá y mi abuela. Digamos que para mí siempre la presencia materna ha sido fundamental y en algún momento había empezado a considerar hacer una película que tuviera que ver con ese universo, y que de pronto aparecieran varias mujeres. Me imaginaba a una mujer que llegaba a cierta edad y necesitaba, en cierta medida, reconstruir su vida o resignificar su vida. Y aparece esta oportunidad de hacer esta película con otra mujer, Anna Eborn. Le comenté la idea a ella y me contó la historia de su madre, que había fallecido, y era un tema muy fuerte para ella misma. Sentimos, entonces, que valía la pena mutar ambas historias y construir Epifanía a partir de ese tema, que parte de cosas personales, pero que en la película se convierten en una ficción.
P¿Cómo fue ese proceso de engranar ambas historias para la construcción de la película?
RPara nosotros la meta era construir un movimiento, más que una historia convencional. Creemos que el cine también permite este tipo de cosas, digamos que la mayoría de las películas cuentan una historia, pero eso no quiere decir que todas las películas tienen que hacerlo. Eso es algo que se ha impuesto históricamente, pero en realidad el cine es un arte muy diferente a la literatura y el teatro. Lo que hicimos fue construir un movimiento que iba de la oscuridad a la luz, y en ese sentido trazamos la meta de primero, retratar esa parte de la muerte, a través de un sueño que tuvo Anna en el que su madre regresaba a la vida. A partir de ahí se muestra a una mujer en un proceso de sanación espiritual, y la tercera parte es una mujer esperando el nacimiento de una nueva vida. La estructura para nosotros estaba marcada por la muerte, la sanación y la vida. Queríamos invitar al espectador a que sintiera esa revelación al final, esa epifanía, y que la película se volviera un canto a la vida.
PLa película fue rodada en tres locaciones distantes entre sí, ¿cómo fue la filmación?
RLa primera parte fue en la Isla del Faro, que queda al norte de Suecia, en el mar Báltico. Es una isla muy especial porque en ella vivió y trabajó el cineasta sueco Ingmar Bergman y es un espacio que se prestaba para esa sensación que queríamos dejar en el primer capítulo que era la muerte, la ausencia, el profundo vacío. La segunda parte fue rodada en Cali, en varias locaciones, dándole mucha importancia a la naturaleza, al trópico, haciendo un con- traste entre ese lugar que tiene clima invernal y Colombia que tiene un clima tropical. La tercera parte fue en Canadá y fue un rodaje más pequeño porque la actriz tiene una hija en Canadá y fue a acompañarla en el nacimiento de su nieta y yo la seguí para vivir ese momento familiar e incluirlo en la película.
P¿Cómo ha sido la acogida en Colombia luego de participar con la película en distintos festivales de cine en el mundo?
RPara mí la reacción ha sido muy positiva, sobretodo porque la película apunta a que el espectador se desprenda de ciertas ataduras que tiene frente al cine y esté dispuesto a ver otro tipo de propuestas, al menos en formato. Tal vez Epifanía propone algo que no es muy común, pero esa fue la apuesta que hicimos porque queríamos producir otro tipo de sensaciones. Creo que la gente que la ha visto se ha conmocionado, algunos han salido llorando de la sala y me han abrazado, a algunos los tocó mucho. También he descubierto que la película le llega mucho al género femenino, lo cual también fue intencional porque dentro de la película solo hay mujeres. Y también he constatado que los hombres ‘macho alfa’ siguen siendo muy retrógrados y la mayoría no logra sensibilizarse con la película, lo que demuestra el atraso que tenemos como sociedad.