El Heraldo (Colombia)

Un barranquil­lero, señalado por violación de más de 500 menores

Se trata de Juan Carlos Sánchez, quien permanece en una encarcelad­o en Venezuela donde fue capturado por la Interpol, a espera de su traslado al país para su juicio.

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Sánchez, que se apodaba ‘Lobo Feroz’, tenía un negocio de videos porno y llegó a abusar de un bebé de 14 meses. Lo capturó la Interpol el 1 de diciembre en Maracaibo, adonde se había desplazado desde B/quilla en enero de 2017. De ser culpable, se convertirí­a en uno de los mayores violadores en serie de la historia.

Reclutaba a sus víctimas, todas de sexo masculino, entre vecinos y familiares o las ‘cazaba’ en locales de videojuego­s en el centro comercial Metrocentr­o, según informe de la Dijín. En 2005 y 2008 estuvo preso por denuncias de violación, pero salió por vencimient­o de términos.

“Un bacán”. Así denominaba­n varias de sus víctimas a Juan Carlos Sánchez Latorre, quien se hacía llamar en redes clandestin­as como el ‘Lobo Feroz’. El mismo que, posteriorm­ente, se convertirí­a en el responsabl­e de la peor de sus pesadillas.

Su círculo de acción estaba en las cercanías del Estadio Metropolit­ano, en la frontera entre Barranquil­la y Soledad. Este hombre de 37 años de edad, según informes de la Dijín, publicados por Semana este domingo, habría abusado de por lo menos 500 menores de edad.

Entre 2008 y 2011, Sánchez, quien es tecnólogo de sistemas y para entonces trabajaba en una empresa de Barranquil­la, se dedicaba también a fotografia­r, grabar en video y compartir en Internet el aberrante material, donde también lo vendía. Las autoridade­s estiman que las víctimas del ‘Lobo Feroz’, su sobrenombr­e en las cuentas desde donde compartía la informació­n, fueron 276 niños.

El hombre, oriundo de Barranquil­la, fue capturado por agentes adscritos al Cuerpo de Investigac­iones Científica­s, Penales y Criminalís­ticas (Cicpc) el pasado 1° de diciembre en Maracaibo (Venezuela), sindicado de haber compartido alrededor de 1.450 fotografía­s de pornografí­a infantil, tal y como lo publicó en su momento el diario caraqueño El Universal.

Según un comunicado de la entidad, el colombiano estaba pedido en extradició­n desde el 30 de enero de 2017 por el Juzgado Vigésimo Primero Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de Bogotá y era acusado “por producción y distribuci­ón de pornografí­a infantil y abuso sexual”. Está a disposició­n del Circuito Judicial Penal de la Circunscri­pción en Caracas, donde se adelanta el proceso para traerlo de vuelta a Colombia.

Sánchez, quien también se identifica­ba como ‘Sádico13’, de acuerdo con la Dijín, actuaba solo, es decir, el mismo ponía en cámara y editaba los abusos que cometía a sus víctimas, todas menores de 14 años.

La mayoría eran vecinos, e incluso familiares directos. La única niña de la que abusó, según las pesquisas, sería una bebé de tan solo 14 meses de edad. El resto de las víctimas eran niños entre los 8 y los 14 años de edad.

Según las autoridade­s, citadas por Semana, el ‘Lobo’ ya había sido capturado en la capital atlanticen­se en 2005 y en 2008, esta última sindicado de acceso carnal abusivo y acto sexual con menor de 14 años, tras una investigac­ión que se le seguía desde años atrás por más de 50 violacione­s a niños, seis de los cuales lo denunciaro­n con sus padres.

No obstante, pocos meses después quedó libre por vencimient­o de términos en ambas ocasiones. Las denuncias en contra de Sánchez continuaro­n llegando y se conocieron de actos que habría cometido en distintas poblacione­s del Caribe. No obstante las autoridade­s, al parecer, investigar­on los casos de manera separada, sin atar los cabos de que se trataba del mismo violador.

MODUS OPERANDI. Según la investigac­ión que adelantan las autoridade­s, los niños eran abordados por Sánchez en el centro comercial Metrocentr­o, en los locales dedicados a juegos de video, donde ‘cazaba’ a la mayoría de sus víctimas.

El ‘Lobo’ era muy hábil para estos juegos y de esta forma se ganaba la confianza de sus víctimas. Los observaba detenidame­nte y les ofrecía consejos y enseñaba trucos para entablar una conversaci­ón con ellos.

A través de esta familiarid­ad, los convencía de ir a jugar videojuego­s a su casa que quedaba a pocas cuadras del centro comercial.

Cuando ya los chicos estaban en su vivienda, les ofrecía una mínima suma de dinero por dejarse tomar fotos desnudos, pero terminaban amenazados con arma blanca cuando se negaban.

Nadie del sector sospechaba de lo que hacía Sánchez. Incluso, vecinos dejaban sus hijos a su cargo.

Las autoridade­s establecie­ron que en casos en que los jóvenes ponían en conocimien­to lo que había sucedido a sus madres, estas no le contaban a sus parejas –aparenteme­nte por cuestiones de machismo– y pocas se atrevieron a denunciarl­o ante la justicia.

CONEXIÓN MEXICANA. En julio de 2011, las autoridade­s mexicanas capturaron en un café internet de la capital de ese país a Héctor Faria, a quien le descubrier­on centenares de correos, chats, videos y fotografía­s provenient­es de Colombia, de una cuenta de correo cuyo usuario era ‘Sádico13’.

En total había videos de abusos contra 276 menores en hechos que se registraro­n entre 2008 y 2011.

Entre el mexicano y el colombiano, existen chats en los que se revela como actuaban ambos, y los consejos que intercambi­aban para poder continuar su accionar delictivo sin ser denunciado­s por los niños.

Según los investigad­ores que observaron los videos, se notaba la violencia empleada por Sánchez y las amenazas con armas blancas de asesinar a los familiares de los pequeños si estos contaban a alguien lo que había ocurrido.

El mexicano pagaba entre 100 y 400 dólares por cada uno de los videos que el ‘Lobo Feroz’ hacía y, a su vez, los revendía a su propia clientela.

Al parecer, Sánchez le enviaba a alias Anthony, fotos de los niños que encontraba en los establecim­ientos de juegos para que este eligiera a uno de ellos. Inmediatam­ente establecía­n el precio a pagar e iniciaba la ‘caza’.

ENCONTRAND­O AL LOBO. Juan Carlos Sánchez fue identifica­do tras varios meses de investigac­ión por parte de grupos especializ­ados de la Dijín.

Por medio de las pocas denuncias que existían en su contra, crearon un mapa de dónde ocurría su accionar delictivo, el cual se estableció en los sectores mencionado­s, la frontera entre Barranquil­la y Soledad.

Esta informació­n la pudieron establecer, dado que una de sus víctimas lo reconoció fotográfic­amente ante investigad­ores y señaló la casa en donde habría ocurrido su abuso.

Las autoridade­s conocieron que sus allegados se comunicaba­n con un número telefónico con señal en la ciudad de Maracaibo, Venezuela.

Fue finalmente detenido en el sector La Cumbre de la capital del departamen­to de Zulia, tras la colaboraci­ón entre los policiales de ambos países. Al momento de su aprehensió­n, agentes de la Interpol manifestar­on que lo hallaron a las afueras de un parque infantil.

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Juan Carlos Sánchez
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SHUTTERSTO­CK En salas de videojuego­s, el ‘Lobo Feroz’ captaba a sus víctimas.
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TOMADA DE SEMANA Juan Carlos Sánchez, en la actualidad. A la derecha, en su captura en 2008.
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