¿Qué significa ser un trabajador informal?
Crear mecanismos que favorezcan la formalidad de las empresas es una de las claves que identifica la OIT para frenar este problemática.
Contar con prestaciones laborales, cotizar a pensión o realizar un ahorro programado son algunos de los beneficios que difícilmente están al alcance de los trabajadores informales, los cuales en Barranquilla y su área metropolitana constituyen más de la mitad de la población ocupada.
La mayoría de los trabajadores informales recibe sus ingresos diariamente, ya sea por el ejercicio de una actividad como independiente o como pago por un día laborado. Hay casos en los que lo percibido no llega a completar un salario mínimo.
“De esa plata tengo que sacar el diario y los pasajes, también la merienda de mis hijos, cuando no hay suficiente pedimos un crédito en la tienda”, afirma Carlos Pérez, quien trabaja como ayudante en un puesto de comidas rápidas y le pagan $25.000 diarios.
Carlos tiene 30 años y vive con su esposa y sus dos hijos en casa de una hermana, con quien comparte el pago del arriendo y los servicios públicos.
El taxista Alberto Sánchez de 50 años, explica que de sus ingresos diarios debe destinar al menos $110.000 para el pago de la tarifa y para “tanquear” el taxi con el que trabaja, con el resto del dinero cubre sus obligaciones diarias como alimentación, servicios y otros.
“No hay oportunidad de hacer un ahorro y tampoco para cotizar pensión”, señala. Su salud es cubierta por el régimen subsidiado o cuando su esposa trabaja pasa a ser su beneficiario.
MáS DEL 50 % ES INFORMAL.
Datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) indican que la proporción de ocupados informales en Barranquilla y su área metropolitana (AMB), para el trimestre móvil septiembre-noviembre se situó en 54 %.
Durante el trimestre julio-septiembre de 2017 más de la mitad (55 %) de los ocupados trabajaron en el sector informal de la economía local. De 894.273 ocupados, 493.741 personas fueron informales. En este periodo el AMB fue la sexta área metropolitana con la tasa más alta de informalidad en el país.
La investigadora de Fundesarrollo, Erika Sierra, señala que al comparar el trimestre julio-septiembre de 2017 con el mismo trimestre del 2012, se observa que en el AMB se ha logrado una reducción de
2,4 puntos porcentuales en la tasa de informalidad, pasando de 57,6 % a 55,2%.
“Si bien eso es positivo, resulta preocupante que el descenso no sea sostenido en el tiempo, pues frente a 2016 esta se incrementó.
Asimismo, hay una gran proporción de población que se encuentra laborando en condiciones precarias, sin acceso a beneficios laborales como las prestaciones sociales y cotización a pensiones”, agrega. La investigadora explica que el hecho que el AMB tenga un 54% de informalidad, es un indicador de precariedad en el empleo. “Hay generación de empleo formal, pero no es suficiente para acoger a toda la oferta laboral”, afirma.
COMPETENCIA DESLEAL. El director ejecutivo de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco),
Héctor Carbonell, sostiene que la informalidad laboral generalmente está ligada a la informalidad de los negocios.
“Podemos ver que las empresas que cumplen con los requisitos de formalidad ofrecen adecuadas condiciones laborales a sus trabajadores, pero enfrentan la competencia desleal de aquellas que operan en la informalidad, pues no pagan prestaciones sociales ni impuestos, por ejemplo”, señala el ejecutivo.
Por ello el gremio capacita y ofrece asesoría a sus afiliados para que conozcan los beneficios de operar dentro de la formalidad.
“La informalidad no es buena, contratar a población vulnerable sin cumplir con los requisitos de ley afecta la generación de empleo de calidad”, manifiesta Carbonell. CONPES DE FORMALIDAD. La presidenta de la Asociación de micro, pequeñas y medianas empresas (Acopi), Rosmery Quintero, asegura que el gremio trabaja con el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Ministerio de Comercio Industria y Turismo, en las bases de lo que será en Conpes de la formalidad.
La dirigente gremial señala que la informalidad se presenta en diferentes niveles, ya sea en los ingresos, los insumos, en la producción y lo tributario, los que además incluyen el campo laboral. “Podemos encontrar empresas que solo cumplen con unos requisitos de formalidad y con otros no”, añade.
Esto quiere decir que una compañía puede tener registro mercantil y otros requisitos pero contrata trabajadores de manera informal.
Con este documento se buscará la simplificación y mejora normativa para las empresas en especial las mipymes, lo que se traducirá en mejores condiciones laborales para sus trabajadores. “Se pretende hacer atractivo para las empresas el ser cien por ciento formales”.
Quintero recuerda que el 80 % del tejido empresarial del país lo conforman las microempresas, la mayoría de las cuales son de subsistencia, es decir, que tienen menos de tres empleados y un mercado limitado al igual que su crecimiento.
LA OIT RECOMIENDA. Erika Sierra explica que la OIT identifica algunas medidas para reducir la informalidad en Latinoamérica y que pueden ser tenidas en cuenta a nivel local, como son promover la formalización de pequeñas y medianas empresas en un entorno propicio para su desarrollo sostenible, aumentar la cobertura de la protección social y generar incentivos para que la formalidad sea un buen negocio.
De igual forma recomienda estimular la formalización de los trabajadores por cuenta propia y mejorar los mecanismos de inspección laboral y control tributario.
Lo anterior se complementa con la articulación eficiente de la educación y formación con el empleo y la reducción del empleo no registrado en empresas formales.
“Contratar a población vulnerable sin cumplir con los requisitos de ley afecta la generación de empleo de calidad”. El 80% del tejido empresarial del país lo conforman microempresas, la mayoría de las cuales son de subsistencia.