Persecución y muerte del ‘Capi’ Arrieta
Un miembro del comité del Magdalena le pidió el favor al ‘Capi’, entrenador de béisbol atlanticense, que llevara un sobre a Coldeportes, sin saber que tenía partidas de nacimiento de peloteros del Atlántico en la misma parroquia.
En la historia del deporte colombiano no se conoce un hecho de tanta gravedad e irresponsabilidad como el que se cometió contra el menor de los ocho miembros como tiene la grandiosa dinastía Arrieta, que no tiene en este país una familia que le haya dado al deporte nacional nada menos que ocho deportistas -hermanos y hermanas entre sí- como el caso que vamos a narrar, y que estamos absolutamente seguros que otro insuceso como este que afectó de manera gravísima a esta insuperable familia deportiva.
Fue el hecho que como resultado final de un atropello incalificable -en su momento le costó la vida al menor de la dinastía- sin que las autoridades deportivas hubieran tratado en ningún momento de poner los puntos sobre las íes. Eran los días de preparativos para un Campeonato Nacional de Béisbol amateur de categoría prejuvenil, en el cual participaría Atlántico.
Rafael ‘Capi’ Arrieta era desde hace casi cincuenta años entrenador del béisbol de Atlántico. Una tarde, ya llegando a las seis, se le preguntó al ‘Capi’ en el campo de entrenamiento, si él iba ya para su casa que estaba a una cuadra de Coldeportes. Y ante lo afirmativo, el interlocutor -miembro del comité de béisbol de la Magdalena si mal no recordamosle hizo entrega al ‘Capi’ de un sobre voluminoso para que le hiciera el favor de entregarlo en Coldeportes.
Lejos de sospechar el ‘Capi’ que el contenido de aquel sobre sería su muerte deportiva y por añadidura, su muerte física. Era el paquete que contenía una veintena de partidas de nacimiento y bautizos de los peloteros de Atlántico a la cita nacional del béisbol prejuvenil. Y era también la certificación de una imbecilidad inimaginable, toda vez que contenía 14 o 15 partidas de jugadores, todos ellos bautizados en una misma parroquia, que era como un fraude cantado y escrito y por ende inmediatamente rechazado, y abierto a una investigación.
Se comenzó entonces esa investigación a la topa tolondra; un funcionario de Coldeportes cuyo nombre no hemos podido captar dijo a manera de imputación, por demás irresponsable, “ese sobre quién lo trajo aquí fue el ‘Capi’ Arrieta”, lanzado a la ligera como suele suceder acá.
Los del comité de la Magdalena sacaron los ‘chorizos del humo’; Coldeportes regional hizo lo mismo, y para quitarse de encima tamaño bulto envió este cargo a Coldeportes nacional, para que asumiera investigación y sanción. A todas estas ‘el Capi’ continuaba entrenando inocente de todo lo que se tramaba. (Este caso tan grave y a la postre sin precedentes en Colombia lo continuaremos en la próxima entrega).