Está de moda…
La moda puede definirse como un mecanismo que regula las elecciones que las personas hacen para replicar, consumir o utilizar cualquier objeto tangible o no, siendo la presión social uno de los elementos que disparan su uso. Que algo se venda mucho quiere decir que se ha puesto de moda, especialmente entre los más jóvenes.
Básicamente esta se refleja en ciertos objetos o aspectos visibles: ropa, peinados, modos de actuar, carros, escuchar y bailar tipos de música, acudir a ciertos restaurantes, irse de paseo a un cierto destino, etc.
Hoy, vestirse es una necesidad básica, que aunque creada por el ser humano no deja de ser una función vital como respirar, comer, dormir y reproducirse. La moda describe a las personas. Es cierto que no es más importante que la naturaleza, las medicinas, el arte o la música, pero complementa todo. Como tal, siempre ha sido el espejo de la necesidad del momento, puede considerarse el modelo que sigue la sociedad y tiende a ser un fenómeno de masas.
Sin tirármelas de psicólogo, hay personas que ponen las cosas de moda por la capacidad de arrastre que tienen. Si no que lo digan futbolistas de la talla de James y Falcao, que cuando se hacen cortes de pelo es la tendencia que quieren seguir niños, jóvenes y adultos. La comida rápida se ha metido en todas partes y hasta ha acelerado un poco la comida aparentemente lenta. No hay tiempo para saber el porqué de las preparaciones o ingredientes, solo hay tiempo para coquetear al paladar con lo más representativo de cada región.
Menos mal que esta tendencia gastronómica se encontrará con una férrea resistencia por parte de las pregoneras de Montecristo, que todavía venden alegrías, bollos de mazorca y de angelito y de los que venden las famosas butifarras de Soledad, cocadas, enyucados; y los itinerantes vendedores de peto, quienes todavía tienen en sus chazas, palanganas y poncheras los genes de la supervivencia.
Con el tiempo, las modas se modifican y evolucionan más rápido que hace unos años. La creación de las monedas virtuales es una tendencia inimaginable que ya forma parte de las transacciones que se realizan en pequeños negocios y que están ganando terreno en el mundo. ¿Se desinflarán? ¿Son seguras? Pero son moda… Los teléfonos de última generación para estar “hiperconectados” son necesarísimos para no estar out.
Como dice el escritor H.G. Wells, “cada uno de los pobres mortales se ve afligido por los temores contrapuestos de ser ordinario y excéntrico. Los hombres y especialmente las mujeres están continuamente imitando y evitando la imitación; tratando de ser singular y a la vez igual que los demás”.
No se trata de criticar la moda y sus tentáculos, pero sí de asegurarse que esta no lo atrape a uno y pensar que afortunadamente hay unas cosas que jamás pasarán de moda, como son el amor propio, la libertad de expresión, la creatividad y el ¡Carnaval de Barranquilla!