La migración interna que genera el empleo en Colombia
En 2014, más del 57% de los egresados de Antioquia, Atlántico, Bolívar, Casanare, Vaupés y Meta trabajaban fuera de sus ciudades.
En las ciudades del país se presentan desajustes entre la formación de los trabajadores y las demandas del mercado laboral, que llevan a la gente a cambiar de ciudad en busca de mejores oportunidades.
Según el Observatorio Laboral para la Educación, más del 57 % de los egresados de Antioquia, Atlántico, Bolívar, Casanare, Vaupés y Meta, en 2014, se encontraban trabajando fuera de sus ciudades de origen. Un fenómeno que se explica por el desajuste que hay entre el nivel educativo de los trabajadores y las demandas de capital humano que requiere el mercado laboral de cada ciudad.
El desajuste educativolaboral se presenta cuando un empleado está en una ocupación que requiere un nivel educativo menor o mayor al que efectivamente tiene. Así se presenta que el individuo esté subeducado por falta de educación o sobreeducado por el exceso de esta.
Marco Ariza, profesor del IEEC de Uninorte, indica que el desajuste educativolaboral está asociado, por un lado, a fallas de mercado y, por otro, a aspectos relacionados con la estructura institucional tanto formal como informal.
Por su parte, Jorge Valencia, coordinador de Investigación del Observatorio de Educación del Caribe Colombiano (OECC), plantea que además “debe destacarse el rol de fenómenos culturales relacionados con la valoración subjetiva de los niveles educativos, programas u ocupaciones, así como la poca articulación entre las necesidades del sector productivo y la formación de capital humano por parte del sector educativo en todos los niveles”.
Aunque la migración a ciudades con más oportunidades es una decisión coherente para quienes tienen empleos por deba- jo de su perfil educativo, esta movilidad de capital humano genera concentración de trabajadores con alto nivel educativo en un grupo de ciudades capitales, lo cual afecta el mercado laboral, la productividad de las regiones y los incentivos por ciertos puestos de trabajo. Según el Dane, entre octubre y diciembre de 2017, Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla acaparaban el 35,7% de la población ocupada.
LA EDAD INFLUYE EN LA DECISIóN DE MIGRAR. En su investigación de grado como economista de Uninorte, Ángela Granger exploró el impacto que tienen los componentes del desajuste educativo-laboral sobre la decisión de migrar internamente en Colombia. La economista encontró que, para poblaciones de estratos bajos y medio-bajos, los más jóvenes tienen mayor probabilidad de migrar.
Granger utilizó un método probabilístico en el que establece cómo los desajustes educativo-laborales pueden aumentar o disminuir la probabilidad de migrar a otra ciudad de Colombia. Los datos usados son extraídos de la Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los Andes (ELCA). Estos componen una muestra de 1.151 personas organizada en 11 grupos de edad de todo el territorio nacional entre los 14 y 77 años de edad. La estructura de datos permite determinar si a partir de las condiciones que tenía un individuo en el 2010, este migró en algún momento entre 2010 y 2013.
Los resultados indican que el incremento de la edad tiene un efecto negativo sobre la probabilidad de migrar, un mes más de edad disminuye en 0,99 veces la posibilidad de que un individuo decida migrar. Se observa que el 68% de los individuos que dijeron haber migrado en la muestra tenían una edad inferior a 40 años. Por último, los hallazgos muestran que los individuos que laboran con niveles educación más bajos a los necesarios para sus puestos de trabajo tienen menor probabilidad de migrar a otras ciudades en búsqueda de empleo.
En el estudio se expone que el 49 % de los individuos cuenta con un nivel educativo que no corresponde al requerido por su actividad. “Una de las principales causas de este fenómeno obedece a un reducido mercado formal de trabajo, tanto en tamaño como en distribución geográfica”, dice Granger. Asimismo, la experiencia laboral es otro factor: “el desajuste observado puede ser un desequilibrio temporal mientras los individuos alcanzan el nivel de capital humano exigido por las empresas”.
CONCENTRACIóN DEL TRABAJO. El profesor Ariza explica que, claramente, la migración constituye un fenómeno que afecta el mercado laboral, pues concentra la mano de obra relativamente más productiva en algunas regiones y genera carencias en otras. Bajo esta misma línea, Valencia, indica que el desajuste ya está ocurriendo y tiene diversas manifestaciones.
“En los departamentos con mayor participación del sector minero-energético la demanda de mano de obra calificada se viene cubriendo en un porcentaje importante con personal proveniente de otros departamentos o incluso del extranjero”, agrega.
Valencia plantea que para solucionar el desajuste educativo-laboral es necesario que en cada nivel educativo se fomente la incorporación en los currículos del concepto de orientación socio-ocupacional, que se basa en promover en el estudiante durante su formación el reconocimiento de sus habilidades e intereses, acompañado de una reflexión profunda sobre la oferta de educación terciaria y las necesidades del mercado laboral.