Preguntas a la Justicia
Las revelaciones sobre el ‘Lobo Feroz’, el traslado de ‘la Gata’ a su casa y el atentado contra la estación San José dejan abiertos serios y muy inquietantes interrogantes sobre el papel de las instituciones judiciales.
En los últimos días hemos asistido a tres acontecimientos de enorme trascendencia, todos ellos con Barranquilla como escenario, que exigen un debate urgente y serio sobre la actuación de la justicia en nuestro país. Por seguir un orden cronológico, el primero fue la detención de Juan Carlos Sánchez, el ‘Lobo Feroz’, un traficante de videos ‘porno’ que, según informes policiales, habría violado a más de 500 menores en la ciudad y otros sitios de la Costa. Pronto se supo que Sánchez ya había estado detenido en al menos tres ocasiones –una en 2005 y dos más en 2008– por acusaciones relacionadas con abuso de menores, pero quedó en libertad por vencimiento de términos o por defectos formales en la captura.
Las cosas no se detuvieron ahí. Tal como reveló EL HERALDO, el expediente más poderoso contra el ‘Lobo Feroz’, derivado de la incautación de material pornográfico a un cliente en México, llegó a un juzgado de Bogotá en 2011 y, durante los seis años siguientes se ‘paseó’ por una decena de juzgados de la capital hasta que, el 1 de diciembre pasado, la Interpol procedió a la captura del presunto violador. ¿Cómo es posible que un sujeto de semejante peligrosidad estuviese en la calle pese a las terribles acusaciones que pesaban en su contra?
El segundo hecho ha sido el traslado de Elince López, ‘la Gata’, a su casa. La exempresaria del chance, condenada en enero de 2011 a 37 años de prisión por homicidio y nexos con paramilitares, se las ha ingeniado para estar en la cárcel menos de un año y medio. El resto del tiempo ha permanecido en hospitales, y, desde el 24 de enero pasado, en su confortable residencia del norte de Barranquilla, gracias a que un juez le aprobó la prisión domiciliaria aduciendo problemas de salud.
Para más escándalo, resulta que la vivienda de ‘la Gata’ está incursa desde 2014 en un proceso de extinción de dominio por lavado de activos. Más grave aún, la ejecución del embargo no ha sido posible porque una mujer (por lo visto una peluquera al servicio de López) ha ocupado “irregularmente” la vivienda e impedido la acción judicial, según admite sin rubor la Sociedad de activos Especiales. Tenemos por último el monstruoso atentado del Eln contra la estación San José. Dijo el ministro de Defensa que el detenido, Cristian Bellón, fue detenido en 2015 por nexos con el Eln y tenía “conocimiento en el manejo de explosivos”. Si así fue, ¿cómo estaba el libertad? Asumiendo que había razones legales para ello, ¿por qué no estaba sometido a vigilancia por las fuerzas de seguridad?
Tres casos diferentes que han causado, en distinto grado, conmoción social. Y muchas dudas inquietantes que la justicia debe despejar de inmediato.
Dijo el ministro de Defensa que el sospechoso detenido por el ataque a la estación San José había sido detenido en 2015 y tenía “conocimientos en el manejo de explosivos”. Si es así, ¿cómo es que se encontraba en libertad?