Rasgos de polarización
La polarización, eso que parece tenernos tan entretenidos, ha llevado a Colombia a que frente a los temas de país no se tenga un debate serio sobre lo que objetivamente conviene al interés general, sino una oposición o apoyo a ciertas ideas por quienes las defienden. Este fenómeno que no es nada nuevo, pero que ha crecido exponencialmente gracias a nuevos escenarios para ejercer influencia sobre la sociedad, amenaza no solo la sana convivencia entre conciudadanos, sino también el futuro del país al debilitar la democracia llevando problemas estructurales a soluciones simplistas y populistas, como lo que es creer que una persona pueda ser la salvación o representar el acabose.
Es muy difícil para una sociedad reconocer que está inmersa en unas discusiones que más parecen una enfermedad, la defensa de un ídolo a capa y espada –en muchas situaciones en contra de toda lógica– que no representa la robustez de la democracia sino el apasionamiento desmedido y poco crítico de su propia doctrina. Ahora, este problema no es un asunto puramente colombiano –de hecho, pocas cosas lo son– sino que se enmarca en una tendencia global que es fácilmente plausible en contextos políticos como el estadounidense, donde tal fue la polarización que terminó en la elección de un outsider que representa la más triste expresión de esta situación: Donald Trump.
El artículo de Matthew Gentzkow, publicado por Stanford University, sobre la polarización en Estados Unidos, brinda varios puntos de análisis que si se extienden a Colombia explican muchos rasgos de nuestra polarización. Entre estos, la forma en cómo los colombianos denominan su propia visión dentro de la política, esto es, ‘uribista’, ‘petrista’, ‘santista’ y la lista continúa, asociando ideas con nombres propios. Igualmente, se ve cómo dependiendo del favoritismo hacia un representante político se prefiere un canal de televisión o un noticiero específico, hecho que intensifica la polarización al solo conocer las historias relatadas bajo una narrativa que favorezca una determinada postura, o peor, a un perfil político sobre otro.
Si miramos los resultados de las campañas electorales al día de hoy, vemos en los resultados de tendencias de búsqueda en Google de los últimos 30 días, que los candidatos más buscados en Colombia son Gustavo Petro e Iván Duque, las figuras que mayor representan la polarización en el país y, seguramente, las que más se están beneficiando de este contexto. Las tendencias, muchas de las cuales se alimentan del odio y de la mentira, de las noticias falsas y la ingenuidad, no favorecen a la sociedad, pero sí a quienes políticamente sacan rédito de ellas.