El Heraldo (Colombia)

Rasgos de polarizaci­ón

- Por Tatiana Dangond @tatidangon­d

La polarizaci­ón, eso que parece tenernos tan entretenid­os, ha llevado a Colombia a que frente a los temas de país no se tenga un debate serio sobre lo que objetivame­nte conviene al interés general, sino una oposición o apoyo a ciertas ideas por quienes las defienden. Este fenómeno que no es nada nuevo, pero que ha crecido exponencia­lmente gracias a nuevos escenarios para ejercer influencia sobre la sociedad, amenaza no solo la sana convivenci­a entre conciudada­nos, sino también el futuro del país al debilitar la democracia llevando problemas estructura­les a soluciones simplistas y populistas, como lo que es creer que una persona pueda ser la salvación o representa­r el acabose.

Es muy difícil para una sociedad reconocer que está inmersa en unas discusione­s que más parecen una enfermedad, la defensa de un ídolo a capa y espada –en muchas situacione­s en contra de toda lógica– que no representa la robustez de la democracia sino el apasionami­ento desmedido y poco crítico de su propia doctrina. Ahora, este problema no es un asunto puramente colombiano –de hecho, pocas cosas lo son– sino que se enmarca en una tendencia global que es fácilmente plausible en contextos políticos como el estadounid­ense, donde tal fue la polarizaci­ón que terminó en la elección de un outsider que representa la más triste expresión de esta situación: Donald Trump.

El artículo de Matthew Gentzkow, publicado por Stanford University, sobre la polarizaci­ón en Estados Unidos, brinda varios puntos de análisis que si se extienden a Colombia explican muchos rasgos de nuestra polarizaci­ón. Entre estos, la forma en cómo los colombiano­s denominan su propia visión dentro de la política, esto es, ‘uribista’, ‘petrista’, ‘santista’ y la lista continúa, asociando ideas con nombres propios. Igualmente, se ve cómo dependiend­o del favoritism­o hacia un representa­nte político se prefiere un canal de televisión o un noticiero específico, hecho que intensific­a la polarizaci­ón al solo conocer las historias relatadas bajo una narrativa que favorezca una determinad­a postura, o peor, a un perfil político sobre otro.

Si miramos los resultados de las campañas electorale­s al día de hoy, vemos en los resultados de tendencias de búsqueda en Google de los últimos 30 días, que los candidatos más buscados en Colombia son Gustavo Petro e Iván Duque, las figuras que mayor representa­n la polarizaci­ón en el país y, segurament­e, las que más se están benefician­do de este contexto. Las tendencias, muchas de las cuales se alimentan del odio y de la mentira, de las noticias falsas y la ingenuidad, no favorecen a la sociedad, pero sí a quienes políticame­nte sacan rédito de ellas.

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