El Heraldo (Colombia)

SEPARAN DE SUS CARGOS A POLICÍAS IMPLICADOS EN MUERTE DE JOVEN

Familia de la víctima desmiente que portara un arma hechiza.

- Por Lorayne Solano Naizzir

Las polvorient­as calles del corregimie­nto de Palermo, jurisdicci­ón de Sitionuevo (Magdalena), fueron el escenario de un hecho, la tarde del martes, que todavía tiene conmociona­dos a sus habitantes. Ellos cuestionan la reacción de la Policía ante un “procedimie­nto que debió ser normal”, en el que resultó muerto, a manos de un patrullero, Saúl Estiven Fernández Pinzón, de 18 años.

“Sea lo que sea ellos no tenían por qué actuar así: con sevicia. Quisieron matarlo”, afirman los vecinos del joven, que se vio envuelto en un problema cuando se tomó una gaseosa en una tienda y no la pagó.

“Todo comenzó porque se tomó la gaseosa en la tienda y se fue, la muchacha fue a la casa de la mamá a decirle que iba a llamar a la Policía, pero ella le dijo que no lo hiciera, que ella le pagaba. La de la tienda estaba furiosa y dijo que sí. Él no sabía que lo estaban buscando, por eso se metió al billar, los policías entraron y lo sacaron forcejeand­o. Mi primo gritaba desesperad­o: ‘¿Por qué me van a llevar? ¡Pero no me lleven. No me vas a llevar!’”, recuerda Ángela Manjarrez.

En un video de seguridad del billar de donde sacaron a Fernández Pinzón se ve cómo él forcejea con los uniformado­s mientras con su mano derecha bate un cuchillo. Los policías lo sujetan de la pretina del pantalón para aprehender­lo, pero no lo despojan del arma. “Nosotros todavía no entendemos por qué si ya lo tenían no le quitaron la navaja, ellos querían que él les hiciera algo para tener motivos para dispararle. Yo escuchaba cómo el que lo tenía agarrado le decía al otro: ‘Curso, dale, dale, dispárale’”, añade la mujer, que interpuso la denuncia ante la Fiscalía.

“Cuando yo escuché la bulla de la gente salí corriendo porque vivo cerca, vi todo. Yo trataba de calmarlos, pero no podía. En el momento en el que el policía le dispara yo lo tengo agarrado para controlarl­o y en un segundo quedamos encima de una moto, él veía que el policía lo buscaba con el arma y decía: ‘Me va a dar, me va a dar’. Enseguida le dio un tiro, él se abalanzó hacia adelante y le dio en el pecho, yo me metí y en el momento que yo me meto, lo buscó y le disparó otra vez. Cuando estaba en el piso, de espaldas e indefenso, le volvió a dar”.

Uno de los uniformado­s heridas en las manos, según la versión de los testigos, pues en un momento trató de desarmarlo y al halar el cuchillo, se cortó la palma. “El policía que le disparó es el que está herido, dicen que el trataba de quitarle el cuchillo y ahí fue que se cortó, pero Saúl nunca lo apuñaló, le tiró, pero no le dio. Tampoco salieron cuatro policías heridos, como dijo el coronel de Santa Marta, solo eran dos en una moto”.

Los familiares dicen que las versiones de las autoridade­s sobre el hecho en el que falleció Saúl Stiven son falsas, pues según ellos le pusieron un arma hechiza en el pantalón cuando estaba en el Paso de La ChinitaLa Luz para “compromete­rlo más”. “Él no tenía ningún chopo escondido en el pan- talón porque si hubiese sido así se le hubiera caído cuando los policías lo echaban de un lado para otro agarrado del pantalón. Además, si él la hubiese tenido el muerto no habría sido él”, comenta uno de los vecinos.

“Cuando yo lo llevé en la ambulancia tenía pulso, y él llegó allá con signos vitales. La doctora incluso le bajó el pantalón para cogerle la vena que está por ahí y no tenía ningún chopo, como dijeron. Yo le levanté el suéter y no tenía nada”, agrega un menor de 16 años, conocido de Saúl y quien lo acompañó al centro asistencia­l.

“A mí no me dejaron entrar cuando lo metieron en la camilla a la sala porque soy menor de edad. Cuando estaba allá, otro compañero entró para averiguar por Saúl. Después salió y me dijo que nada, que se había muerto”, relata el joven, al tiempo que se pasa los dedos de lado a lado por el cuello.

En medio del dolor por la muerte de Saúl Estiven, su familia reclama justicia por la actuación de los uniformado­s. Entienden que el procedimie­nto debió ser rutinario y no salirse de control. “Todo pasó tan rápido, eso no debió ser así. Si lo iban a arrestar, claro que debía responder por lo que hizo, pero no tenían que dispararle tantas veces y menos al estar indefenso”.

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JOHNNY OLIVARES Familiares de Saúl Estiven señalan el sitio donde quedó tendido el cuerpo de la víctima el día del homicidio.
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Dos uniformado­s forcejean con el joven de 18 años.
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Una cámara captó cuando el policía le dispara a Saúl.

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