Dolorosa derrota del Junior en casa
Junior fue un remedo de equipo y perdió 3-0 ante Envigado, ayer en el Roberto Meléndez ➲ Resultó bastante costoso el invento del técnico Alexis Mendoza.
Una inesperada y dolorosa derrota sufrió el Junior anoche en el estadio Metropolitano al ser goleado 3-0 por el Envigado, que lo superó de principio a fin del partido. Los ‘tiburones’, que con un triunfo podían alcanzar a Nacional en la punta del campeonato, recibieron abucheos de su afición ante la mala presentación. Las anotaciones del conjunto antioqueño fueron logradas por Iván Rojas, Wilfrido De la Rosa y Néider Moreno. El choque, que había sido aplazado por Junior, correspondió a la tercera fecha de la Liga. Las críticas volvieron a arreciar contra el delantero Teófilo Gutiérrez por su bajo nivel.
La sombra perturbadora de Boca Juniors traicionó el subconsciente del técnico Alexis Mendoza, que anoche, ante Envigado FC, pagó con una dolorosa derrota (3-0) los inventos que realizó pensando en el duelo ante el equipo xeneize, por Copa Libertadores.
Del equipo ganador y brillante ante Millonarios nada quedó. De aquel éxtasis pasamos a ver a un Junior sin alma, desordenado, que deambuló sin rumbo fijo ante su gente, que vio como un Envigado con oficio, superó de principio a fin a un ‘Tiburón’ indefenso.
Desde el pitazo inicial, solo hubo un equipo en la cancha y se vistió, en esta oportunidad, de verde fosforescente. Los dirigidos por Rubén Bedoya parecían pirañas hambrientas, atacando por todos los sectores del campo.
Junior se vio sorprendido, pero extrañamente no reaccionó. Por el contrario, mantuvo una actitud pasiva, que animaba más al rival a seguir buscando por todos los medios ese anhelando y trabajado gol.
Un error de Balanta, uno de los inventos de la noche, propició el más que justo 1-0. El central, reconvertido en lateral, dejó libre su zona y por ahí salió el centro, que terminó en el tanto de Iván Rojas, tras un disparo defectuoso, que venció la tibia oposición que puso el arquero Sebastián Viera.
Junior dormía plácidamente. No parecía que el liderato estuviera a la vuelta de la esquina. Mientras tanto, Envigado a lo suyo. Atacando una y otra vez, con seguridad y autoridad, proponiendo fútbol, como si fuera el local en el ‘Coloso de la Ciudadela’.
Pero la pesadilla apenas empezaba. Antes de que bajara el telón de la primera parte, vino el segundo golpe mortal. Como cualquier partido amateur, Junior se durmió en un saque de puerta largo, que bañó a la defensa roPiedrahíta. jiblanca y vio como Wilfrido De la Rosa inflaba nuevamente la red, con un remate cruzado, que hizo estéril la lenta salida del arquero uruguayo.
Alexis Mendoza intentó corregir en la segunda parte. Sacó de entrada a Germán Gutiérrez y unos minutos más tarde a Jarlan Barrera, pero ya el daño estaba hecho. Además, los que ingresaron tampoco le imprimieron esa claridad y agresividad que el equipo tanto necesitaba en todas las zonas del campo.
Si el equipo no se sentía en el campo, la afición sí lo hacía desde la tribuna. “¡Bruto! ¡bruto! ¡Bruto!”, le gritaban al técnico barranquillero, tras la salida de Luis Díaz, quizá uno de los que intentaba inquietar, sin llegar a su nivel habitual.
Envigado levantó un poco el pie del acelerador. Cambiaron agresividad por orden. Nunca se descuadernaron. Nunca sufrieron. Tuvieron al rival controlado de principio a fin. Atacaban cuando querían y dejaban que el Tiburón merodeara el área naranja sin morder la presa deseada.
“¡Oleee! ¡Oleee! ¡Oleee!”, cantaba la afición rojiblanca, pero no por el toque de su equipo, sino por el ‘fiesta’ que estaba armando el rival en el gramado del ‘Metro’, con pases de un la- do a otro. Con quien dice, Envigado venció a Junior en su juego, con sus armas, apelando al juego colectivo y siendo eficaz en el frente de ataque.
La entrada tardía del ‘Lo- co’ Álvez tampoco cambió la película de terror. Ya no había poder infinito que lograra darle vida a un equipo, que parecía rendido a su suerte desde el pitazo inicial.
Al final, la cereza que le faltaba al pastel. Néider Moreno aprovechó los espacios que dejó Junior en defensa y logró concretar un contragolpe certero, para poner el 3-0 final. Aplausos en el ‘Metro’, pero esta vez no para el Junior, sino para un rival valiente, que ganó con justicia en la Arenosa.