Unidad de Víctimas entregó restos de 2 ‘falsos positivos’
Fueron identificados como José Escorcia y Guillermo Bertel. La entrega se llevó a cabo en compañía de la Fiscalía.
La Unidad de Víctimas seccional Atlántico hizo entrega de los restos mortales de José Escorcia Marimón y de Guillermo Bertel González, que según las investigaciones realizadas por la Fiscalía General de la Nación, fueron tomados por falsos positivos en diferentes periodos.
Escorcia Marimón viajó desde Barranquilla a Ibagué en busca de un trabajo para solventar las necesidades de su hijo recién nacido, cuando luego de dos meses, el 24 de mayo de 2008 desapareció de la Finca ‘La Palmita’, en el municipio de San Luis’, en Tolima.
Luego de meses de búsqueda en unos periódicos de Ibagué salía reseñado el nombre de José Escorcia como un guerrillero que lideraba una red de extorsión y que era buscado hacía 6 meses por las autoridades “cuando eso no podía ser posible porque él sólo tenía 2 meses de haberse ido para allá”, afirmó su mamá, Clara Elena Marimón.
Por otro lado, en el caso de Guillermo Bertel, fue desaparecido en junio de 2007 cuando se encontraba en el municipio de Codazzi, Cesar, y cuya exhumación del cuerpo se realizó en el mes de noviembre de 2013 en el cementerio del mismo municipio.
Es importante mencionar que la diligencia judicial se desarrolló con el acompañamiento de profesionales psicosociales de la Unidad para las Víctimas, el Ministerio de Salud, la Secretaría de Salud distrital y el Grupo de Búsqueda, Identificación y Entrega de Personas Desaparecidas (Grube) de la Fiscalía General de la Nación.
La entrega de los restos a los familiares se llevó a cabo en las oficinas de la Defensoría Regional del Pueblo, en donde se les hizo una socialización y explicación forense de cada caso, permitiéndoles a los familiares conocer detalles de los hechos, los mecanismos de identificación con cada víctima, hallazgos en los restos óseos y resolver sus inquietudes.
Igualmente durante la jornada la Unidad para las Víctimas del Atlántico, llevó a cabo con las familias un ejercicio de dignificación de la memoria de Escorcia y Nicanor a través de las fotografías que presentaron en la diligencia, y se construyó un homenaje para ser ubicado en el nicho al momento de la ceremonia judicial.
Finalmente, el acto de inhumación o sepelio se realizó en la capilla del cementerio distrital Calancala con la participación de un sacerdote católico y un pastor cristiano quienes realizaron los ritos religiosos de acuerdo a las creencias de las familias de José Escorcia y de Guillermo Bertel.