¿Fondo de Paz o barril sin fondo?
Cuando el fiscal general, Néstor Humberto Martínez , le metió mano a los contratos que implementarán los acuerdos de La Habana, jamás se imaginó la podredumbre que encontraría. Es tanta que quedó aterrado con los hallazgos. Los multimillonarios contratos evidencian -según sus palabras-, “la existencia de procesos de direccionamiento de contratos, así como un alto grado de opacidad en los procesos de selección relacionados con los proyectos de inversión”. Traducción: pura corrupción. La paloma de la paz luce avergonzada en las solapas de algunos funcionarios. Los gobiernos de Noruega, Suecia y Suiza -que se metieron las manos al dril para financiar el posconflicto- piden cuentas de más de 200 millones de dólares que dieron y fueron a parar al Fondo Colombia Sostenible (FCS) para que los administrara. Pero allá nadie rinde cuentas. Hablan del cobro de coimas por más del 20 por ciento para adjudicar contratos y uno de los mencionados es Marlon Marín, sobrino de ‘Iván Márquez’, uno de los jefes de las Farc y senador de la nueva Farc, quien acaba de internarse en el Caquetá, sin que se sepa las verdaderas motivaciones que tuvo para hacerlo. La ex directora del Fondo Colombia en Paz, Gloria Ospina, fue retirada del cargo por no cumplir con el compromiso de tener listo el Sistema Integrado de Información para el Posconflicto, que debía estar operando desde enero. Además, porque habría permitido la ejecución de varios contratos sin contar con la auditoría respectiva.