A Junior se le escapó el triunfo en el último suspiro
Junior ganaba 1-0 con un golazo de Teófilo, pero Andrés Sarmiento, en tiempo de adición, conquistó la igualdad definitiva para Nacional.
Junior derrotaba anoche 1-0 a Atlético Nacional hasta el minuto 92, pero un minuto después, en un parpadeo defensivo, los verdolagas encontraron la igualdad gracias a una anotación de Andrés Sarmiento, quien definió ante la marca de Alberto ‘el Mudo’ Rodríguez. Los tiburones se habían ido en ventaja gracias a un golazo del delantero barranquillero Teófilo Gutiérrez, quien remató de primera luego de un pase elevado de Sebastián Hernández. En la imagen, el delantero uruguayo Jonathan Álvez intenta cabecear el balón.
Una genialidad había resuelto todo. Un momento de inspiración de esos que solo jugadores de la categoría de Teófilo Gutiérrez son capaces de protagonizar, tenía a Junior ganando 1-0 y muy cerca de conseguir la clasificación a los cuartos de final de la Liga, pero en la agonía del partido, cuando solo restaban segundos para el término del tiempo de adición, Andrés Sarmiento apareció para concretar el empate y aguar la fiesta. Nacional se llevó una igualdad 1-1 y frustró a los tiburones la posibilidad de sumar tres puntos de oro en la lucha por el tiquete a la siguiente instancia.
La victoria parecía ya consumada hasta que Sarmiento se encargó de recordar que el pitazo final de Gustavo Murillo no se había escuchado. Fue el epílogo de un juego que no había sido vistoso y claro para ninguno de los dos equipos alternos de Junior y Nacional, pero que se había alumbrado con el destello de crack de Teo al minuto 68.
Lamentablemente no bastó ese tanto antológico del goleador made in Chinita. La defensa parpadeó en el último suspiro y los verdolagas terminaron riendo.
La etapa inicial careció de emociones. Junior apostó a una doble línea de cuatro con dos puntas a los que nunca les pudo llegar el balón. Teófilo Gutiérrez y Jonatan
Álvez estaban completamente huérfanos. Costaba transportar la pelota desde el fondo y constantemente se retrocedía la pelota, lo cual generaba algunos riesgos ante la presión de Nacional y notable desespero a los aficionados en las tribunas.
Luis Narváez y James Sánchez trataban de apropiarse de la elaboración de las acciones ofensivas, pero a ambos, más allá de la positiva voluntad, se les notaba la falta de ritmo y precisión.
Por la derecha se insistía bastante con David Murillo y Yony González, pero eran unos intentos atropellados, sin claridad, sin calidad. Por el costado izquierdo, mientras Matías Mier estaba totalmente apagado y desaparecido, el juvenil Gabriel Fuentes, el debutante, sí tenía todas las ganas y energías para desplegarse en la cancha.
Apenas tocó el balón por primera vez, Fuentes demostró que no estaba nervioso y que no le pesaba la responsabilidad que le dieron en su estreno. Siempre entregó la pelota bien y evidenció firmeza para defender.
Sin embargo, el colectivo falló en la misión de penetrar la resistencia verde. No se generó una nítida y verdadera oportunidad para anotar.
Nacional, bien resguarda- do atrás, controló sin ma- yores sufrimientos, pero tampoco inquietó el arco de José Luis Chunga con gran peligro. Unas escaramuzas de Andrés Rentería por iz- quierda y pare de contar.
En conclusión, fue un primer período sin inspiración, sin emoción.
El segundo tiempo varió un poco más con el ingreso de Jarlan Barrera, en primer lugar, y luego Sebastián Hernández. Los dos le dieron un poco de más brillo al fútbol tiburón e hicieron aparecer con mayor asiduidad a Teo.
Después del gol de Gutiérrez, Junior creció y Nacional se veía ya muerto hasta que Sarmiento lo revivió con esa anotación inesperada y aguafiestas.