Votos en contra y en blanco, las figuras de la segunda vuelta
Expertos señalan que en el duelo entre Duque y Petro primará el voto de rechazo a uno u otro y los temas de institucionalidad y paz.
BOGOTÁ. Aunque es evidente la ventaja de Iván Duque, del Centro Democrático, con el 39% de los votos, contra el 25% que tiene Gustavo Petro, de Colombia Humana, los analistas electorales parecieran coincidir en que lo que logrará cautivar a los electores de Sergio Fajardo, que se alzó con el 23% de los sufragios, número que pudiese equilibrar un poco la balanza de la segunda vuelta, son los temas del voto en contra -contra el uribismo o contra el petrismo-, la institucionalidad del país y el futuro del proceso de paz.
Así mismo, agregan los entendidos en el terreno político, influirá en la decisión en las urnas la transición de ambos -considerados Duque como de derecha y Petro como de izquierda- hacia el centro, cuyos votantes se caracterizan por su independencia, el atractivo que logre generar el voto en blanco –ya sin efectos jurídicos, pero aún válido como protestay cuánto sigan los electores las decisiones de sus partidos.
EL PANORAMA. Yan Basset, profesor de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, considera que lo que sigue es convencer al electorado independiente del centro.
“En la primera vuelta hubo un escenario de polarización, que destacó a los candidatos con proyectos más marcados dentro del espectro político, y la segunda vuelta va a adquirir una dinámica de buscar el centro y de aparecer más moderados, y ambos han cambiado posturas. Entonces Duque ha afirmado que va a respetar los acuerdos de paz y Petro abandonó explícitamente la propuesta de una asamblea constituyente y ha tratado de mostrar que respetaría la propiedad, las instituciones, etcétera. Ese electorado es independiente, urbano y al que toca conopinión vencer”, señala el doctor en Ciencia Política.
Entre tanto, para el profesor titular de la Universidad Nacional, Carlos Alberto Patiño, a pesar del incremento de la participación y de los votantes del centro, es paradójico que el escenario sea una aparente disyuntiva entre la derecha y la izquierda. “Ha sido una campaña muy interesante porque en la primera vuelta hubo cinco candidatos con posiciones diversas que permitieron la ampliación de la participación del voto y hubo gente buscando alternativas distintas. La mayor sorpresa fue la aparición de un electorado de centro alrededor de la Coalición Colombia, y luego, paradójicamente, a pesar de ese resultado, terminaron aglutinados los votos alrededor de dos propuestas antagónicas que representan más el pasado que el presente”, anota el doctor en filosofía.
Por su parte, Fernando Giraldo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana, ve un empate entre Duque y Petro, sumándole a este último los votos del centro, pues dice que el uribismo ya no crece mucho más de los que votaron en primera.
“Hay un empate electoral desde el punto de vista de las conductas políticas de los electores. El movimiento de Duque se movió para ganar en la primera vuelta, es decir ni un solo voto uribista vaciló en la primera, todos están enfilados ahí: son 7,5 millones, y si se suman los 1,4 millones de Vargas, eso da 8,9 millones, pero si usted suma los de Fajardo, Petro y De la Calle dan más de 9 millones, menos los que desagregue el voto en banco. El que tiene menos probabilidades de movilizar es Duque, porque el voto uribista desde 2006 ha perdido más de 6 millones de electores, y más del 70% de los jóvenes son proclives a propuestas de centro, izquierda o ambientalistas”, considera el doctor en Ciencias Políticas y Gobierno.
EL VOTO EN BLANCO. En de Basset la opción del voto en blanco es válida: “En segunda vuelta el voto en blanco no tiene efecto jurídico y eso es normal, porque entraría en contradicción. Sin embargo, sigue siendo una expresión política de la gente que no quiere tomar partido, entonces, finalmente a pesar de que no tiene este efecto jurídico, me parece que es una expresión que sigue siendo válida y debe seguir en el tarjetón como siempre ha estado en la segunda vuelta”.
Patiño cree, independientemente de que la opción del voto en blanco se mantenga, que aumentará la abstención en la segunda vuelta: “El voto en blanco en la segunda vuelta no tiene ningún efecto constitucional, es más una protesta, y lo que muestra es mucha gente que cree que los candidatos no los representan. Y, además, lo importante es que para la segunda vuelta aumentará de nuevo la abstención, toda vez que saldrán de la participación varios millones de votantes que no se identifican ni con Petro ni con Duque”.
En consideración de Giraldo, la opción de votar en blanco se va a disparar en tanto varios líderes políticos han anunciado que irán por él: “En la medida en que el movimiento de los Verdes vote en blanco eso no perjudica a Petro, pero beneficia a Duque, y en la medida en que voten en blanco los de La U o los Liberales, no benefician directamente a Petro, pero perjudican a Duque. Fajardo y Robledo, que han dicho que votarán en blanco, no les van a decir a los electores cómo votar, sobre todo porque el voto de opinión es libre. Pero se va a disparar el voto en blanco, en tanto lo promueven, además de Fajardo y Robledo, dirigentes reconocidos y con influencia como Armando Benedetti, Roy Barreras, Luis Fernando Velasco y Juan Manuel Galán”.
LOS PARTIDISTAS. Frente a las decisiones de los partidos Liberal, Conservador, Cambio Radical y La U de irse con el otrora opositor Centro Democrático, Yan Basset, director del Observatorio de Procesos Electorales del Rosario, pone de presente que “la tradición en Colombia es que todo el mundo se va con el vencedor, y como Duque es el favorito, todos se van con él, como siempre lo han hecho. Lo que es más novedoso es ver que eso genera bastantes problemas en el caso del Partido Liberal, que está en crisis y podría romperse definitivamente, con una minoría que incluso piensa en apoyar a Petro, y lo más interesante es ver que la Coalición Colombia se muestra con posiciones bastante divididas entre no tomar posición y apoyar a Petro”.
Advierte Carlos Alberto Patiño, director del Instituto de Estudios Urbanos de la Nacional, que tanto para los partidos como para los electores “el problema no está alrededor de la paz, sino de la estabilidad institucional, y terminó siendo un tema marginal el de la paz, y sigue siéndolo en las alianzas, y el tema está es alrededor de la estabilidad institucional, y se refleja en la preocupación porque Petro había hablado de convocar una constituyente, que es una de las exigencias que le hicieron los ‘verdes’ para apoyarlo: no a la constituyente, y Duque fundamentalmente le apuesta al mantenimiento de la estabilidad institucional”.
Indica por su parte el también catedrático de la Universidad del Norte, Fernando Giraldo, que “en realidad los partidos no fracasaron, sino que lograron un éxito en la medida en que colocaron un candidato, porque salvo Cambio Radical que estaba una parte con Vargas, estaban todos con Duque. Por tanto, las maquinarias se van todas con el Centro Democrático: el Conservador, que estaba dividido en la mitad, direccionó los votos a Duque, y el de La U aunque había dicho que estaba con Vargas apoyó fue a Duque”.
“Hay un empate desde el punto de vista de las conductas políticas de los electores”
FERNANDO GIRALDO Profesor de Ciencias Políticas