El abogado del diablo
La del abogado del diablo fue una institución que duró 5 siglos y que llegó hasta el 25 de enero de 1983; tenía la función de escarbar en la vida de los candidatos a santos para encontrar en su vida doctrinas o hechos no santos. Era un colectivo de abogados que se enfrentaban como rivales a los promotores de la causa de canonización.
Si esa entidad existiera hoy, no necesitaría escarbar mucho para iniciar un alegato en contra los procesos de canonización del obispo Miguel Ángel Builes. Lo habrían mostrado como un enemigo de la paz o, más que eso, promotor de la guerra. Llamaba “a derramar hasta la última gota de sangre” y “luchar hasta morir” y “a prepararse al combate”, expresiones que se encuentran en sus documentos posteriores al 9 de abril; y luego, tras el triunfo de la revolución cubana en 1959, cuando convocó ala lucha contraelcom un is dialéctica, mo que amenazaba a Colombia, dejó planteada la duda: ¿Es este el lenguaje del evangelio? podría haber preguntado el abogado del diablo.
Al contextualizar esas diatribas hubiera sido legítima la comparación: era agregar fuego a la hoguera de la violencia partidista que ardía por todo el país. En una simplificación, el obispo Builes hablaba de dos ejércitos enfrentados: “los izquierdistas que prepara, dirige y extiende el espíritu del mal y las derechas que defienden a Dios contra el demonio”. “Las izquierdas, había dicho antes, no admiten a Dios, ni a la religión, ni tienen patria”.
Contrario a los abogados del diablo, los que hoy promueven la canonización del polémico obispo, descubren su más positiva faceta. El recientemente fallecido Cardenal Darío Castrillón, dejó escrito: “ví en él siempre la figura de un santo”. Una visión parecida tiene su exalumno y actual catedrático de derecho penal y criminología en Roma, Sigifredo Ochoa; en una biografía publicada por la Fundación Miguel Ángel Builes, recoge las razones que alegaría un defensor de la causa: 1) Fue un testigo del evangelio, con su palabra y su vida; 2) Su misión pastoral se caracterizó por su amor a los infieles y a los salvajes; 3)Fue un hombre de oración, sacrificio y penitencia; 4)Vivió en la pobreza, con sencillez y abandono de todo lo terreno. 5) Fundó 4 comunidades religiosas extendidas por el mundo. 6) La novedad de Cristo actuante en su vida le permitió interpretar los signos de los tiempos venideros.
Así como los abogados del diablo no impidieron la canonización del obispo de Pasto Ezequiel Moreno, poco éxito tendrían esta vez. A pesar de la evidencia de la contribución de Moreno a la división del país: “el que vota por los liberales peca y ofende a Dios”, “Nada de conciliación, o catolicismo o liberalismo”, escribía. Y llegó a santo. ¿Por qué no Builes? alegan sus devotos.
Todo parece conducir al altar donde se le rendirá culto al obispo Builes. Lo cierto es que no sería el santo para estos tiempos en que los colombianos deben elegir, otra vez, entre la derecha y la izquierda.