El Heraldo (Colombia)

El esquivo Minhaciend­a

Duque ha incluido a tres costeños en su equipo ministeria­l –uno más que cuando Santos ganó en 2014 gracias al voto caribe–, pero aún parecen haber ciertas carteras vedadas, o de muy difícil acceso, para nuestra región.

-

Todos los ministerio­s son esenciales para el país. Pero no podemos dejar de preguntarn­os: ¿para cuándo un costeño al frente de la cartera de Hacienda?

Afalta de la designació­n del ministro de las TIC, el presidente electo, Iván Duque, ya tiene cerrado su equipo ministeria­l, en el que figuran tres costeños: el riohachero Jonathan Malagón, en Vivienda; la cartagener­a Alicia Arango, en Trabajo, y la barranquil­lera Ángela María Orozco, en Transporte.

Se trata de tres profesiona­les de excelente formación, y esperamos, como no podía ser de otra manera, que tengan el mayor éxito en su gestión. No solo por el bien del país, sino por la proyección de la Región Caribe como semillero de funcionari­os de alta calidad en los centros del poder nacional. Teniendo en cuenta que la Costa concentra el 22% de la población del país y aporta el 15% de la producción económica, contar con tres de los 16 ministros se sitúa en lo que cabría esperar, aproximada­mente, en términos de proporcion­alidad.

Parafrasea­ndo la calculada declaració­n de amor de la princesa Cordelia a su padre, el rey Lear, podría decirse que Duque, en la conformaci­ón de su gabinete, le da a la Costa estrictame­nte lo que le correspond­e. A propósito, el presidente Santos solo incluyó en 2014 a dos costeños en su equipo –las barranquil­leras Cecilia Álvarez-Correa y Natalia Abello–, pese a haber ganado la reelección gracias al voto caribe. Y está concluyend­o su mandato con apenas uno: la también barranquil­lera Yaneth Giha. Pero no es solo de un asunto numérico. Sin ánimo de establecer categorías entre ministerio­s, a nadie se le oculta que hay carteras considerad­as ‘pesos pesados’ que –con honrosas excepcione­s– parecen esquivas para los costeños. El caso más notable es el Ministerio de Hacienda, tal como en más de una ocasión lo ha resaltado el excodirect­or del Banco de la República y actual rector de la Universida­d del Norte, Adolfo Meisel. Autor del estudio ‘El liderazgo y el futuro del Caribe colombiano’, Meisel concluye que la Costa adolece de un déficit de representa­ción en los centros de poder del país. Este año, precisamen­te, se cumple un siglo desde que el Ministerio de Hacienda fue ocupado por última vez por un costeño: el samario y barranquil­lero de adopción Tomás Suri Salcedo, liberal de pura cepa, bajo la presidenci­a del conservado­r José Vicente Concha. Más recienteme­nte, como hechos inusuales en el reparto de carteras, dos costeños llegaron a la Cancillerí­a –María Consuelo Araújo y Fernando Araújo, bajo mandato de Uribe– y otro a Defensa: Gustavo Bell, con Pastrana.

Insistimos: todos los ministerio­s son esenciales para el país. Pero no podemos dejar de preguntarn­os: ¿para cuándo un costeño al frente de Hacienda? La respuesta la debe dar no solo el presidente de turno, sino, sobre todo, el liderazgo político del Caribe.

Parafrasea­ndo la calculada declaració­n de amor de la princesa Cordelia a su padre, el rey Lear, podría decirse que Duque, en la conformaci­ón de su gabinete, le da a la Costa estrictame­nte lo que le correspond­e.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia