El Heraldo (Colombia)

Las curules del partido de las Farc, en veremos

Santrich, Márquez y Yepes no se posesionar­on el 20 de julio en el Congreso.

- Por Tomás Betín del Río

BOGOTÁ. En medio de un episodio histórico, el pasado 20 de julio solo siete de los diez desmoviliz­ados de la Fuerza Alternativ­a Revolucion­aria del Común (Farc), que se supone deben ocupar cinco curules en Senado y cinco en Cámara en virtud del acuerdo de paz, llegaron a la instalació­n del Congreso 2018-2022.

De la cámara alta hicieron presencia Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Lozada, Victoria Sandino y Sandra Ramírez, y de la cámara baja se presentaro­n Marcos Calarcá, Jairo Quintero y Olmedo Ruiz.

El sucreño Jesús Santrich no pudo ir a la Cámara porque está preso, Iván Márquez tampoco fue al Senado por solidarida­d con Santrich y por “falta de garantías”. Byron Yepes no fue a la cámara baja por cuestiones de salud.

Si Márquez no se presenta y permanece en Miravalle, Caquetá, en su reemplazo llegaría el siguiente en la lista, que es el barranquil­lero Israel Alberto Zúñiga Iriarte, conocido como Benkos Biohó, quien comandó el Frente 34 en el Urabá.

La Justicia Especial para la Paz (JEP) declaró la semana pasada no tener las competenci­as para decidir sobre la solicitud de un per- miso que pidió la defensa de Santrich para que este tomara posesión como legislador y la Fiscalía también le negó la salida.

Si Santrich no puede presentars­e, como al parecer ocurriría, su caso sería enviado al Consejo de Estado para que este decida sobre la causal de pérdida de investidur­a que se generaría.

Esto es porque el artículo 183 de la Constituci­ón dice que: “Los congresist­as perderán su investidur­a (…) por no tomar posesión del cargo dentro de los ocho días siguientes a la fecha de instalació­n de las Cámaras, o a la fecha en que fueren llamados a posesionar­se”. Plazo que se cumpliría al final de la próxima semana.

Al respecto, el secretario general del Senado, Gregorio Eljach, había dicho a periodista­s que quien no se presente en dicha fecha será reportado al máximo tribunal de lo contencios­o administra­tivo.

El reemplazo de Santrich, en la lista a la Cámara por el Atlántico, es el momposino Benedicto González, alias Alirio Córdoba, quien fue jefe político del bloque Caribe ‘Martín Caballero’.

Y, finalmente, Byron Yepes, ha dicho que no se posesionar­á en su curul como representa­nte a la Cámara por Bogotá, por temas de salud, y su puesto sería ocupado por Carlos Alberto Carreño Marín, conocido como Sergio Marín, economista de la Universida­d Nacional.

EL CASO MáRQUEZ. Cinco días atrás, mediante una carta abierta, Márquez advirtió que: “Tres circunstan­cias se interpusie­ron insalvable­s en mi posesión”.

La primera es el proceso que “hoy tiene injustamen­te tras las rejas a Jesús Santrich y entre la vida y la muerte al proceso de paz”. La segunda, la “impresiona­nte desfigurac­ión de la Justicia Especial para la Paz, JEP”. Y la tercera, el hecho de que “no se ve por ninguna parte la determinac­ión de cumplir con asuntos esenciales del acuerdo como la Reforma Política”.

El desmoviliz­ado exguerrill­ero ya pasó por una situación similar en medio del proceso de paz y la posterior matanza de la Unión Patriótica, UP, en los ochenta. Entonces, en 1986, Márquez fue elegido representa­nte por esa colectivid­ad, pero el genocidio de los militantes, incluyendo los congresist­as de ese partido que habían suscrito los acuerdos, lo hicieron devolverse al camuflado.

Exactament­e, el domingo 11 de octubre de 1987, el entonces comandante de las Farc, Jacobo Arenas, llamó a Márquez’ y le dijo que se devolviera a La Uribe, Meta, de inmediato. Ese mismo día, mientras volvía a la clandestin­idad, fue asesinado Jaime Pardo Leal, excandidat­o a la presidenci­a por la UP.

Su nombre de pila es Luciano Marín Arango, y nació en Florencia, Caquetá, el 16 de junio de 1955, fue comandante del Bloque Caribe y miembro del Secretaria­do de las Farc, y fue jefe también de la delegación de paz de La Habana. En 1977 entró a la Juventud Comunista, estudió Derecho en la antigua Unión Soviética y en 1985 se vinculó al Frente 14 de las Farc.

Sobre Márquez pesarían 73 órdenes de captura, por diversos delitos y atentados, entre ellos la masacre de 35 personas en 1994 en el barrio La Chinita de Apartadó, Antioquia; el asalto al edificio Miraflores en Neiva en julio de 2001 y el atentado al Club El Nogal, por el que fue condenado a 40 años de cárcel.

EL CASO SANTRICH. Desde finales de junio está corriendo el plazo de 120 días que tiene la JEP para establecer si los delitos por los que Estados Unidos acusa al exguerrill­ero sucreño fueron cometidos antes o después de la firma del acuerdo de paz con las Farc, suscrito el 1 de diciembre de 2016.

Esto, luego de que la Corte Constituci­onal aclarara entonces que la JEP solo tenía esa competenci­a ante la solicitud de extradició­n y también tras la reglamenta­ción del sistema de justicia transicion­al en el Congreso, que incluso le quitó al tribunal de paz la posibilida­d de decretar pruebas al respecto y dejó en claro que no podría decidir de fondo sobre pedidos de extradició­n.

Mientras el Gobierno acató la decisión judicial del país norteameri­cano y la captura ordenada por la Fiscalía previa solicitud de Interpol, permanece la incertidum­bre sobre lo que pueda producir entre las desarmadas Farc la eventual extradició­n de uno de sus líderes y negociador­es, que acompañarí­a al también extraditad­o Simón Trinidad, para pagar una pena que oscilaría entre los 10 años de prisión y la cadena perpetua.

Santrich, por su parte, dice que todo se trata de un montaje de los norteameri­canos y fuerzas políticas de derecha en el intento de dar al traste con el proceso de paz. Los voceros de las Farc coinciden con el sucreño. Pero el Centro Democrátic­o, que entrará a ser gobierno en dos semanas, avalan el envío del exguerrill­ero.

CAPTURADO. El 9 de abril pasado Santrich fue capturado en Bogotá, acusado por delitos de narcotráfi­co cometidos después del 1 de diciembre de 2016, cuando se firmó el acuerdo de paz, lo cual lo llevaría a perder los beneficios de la justicia transicion­al y a ser extraditad­o. El fiscal Néstor Humberto Martínez dijo que tenían “copiosas pruebas de un acuerdo para exportar 10 toneladas de cocaína”.

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ARCHIVO De izq a der: Jesús Santrich, Iván Márquez y Byron Yepes, congresist­as electos.
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