El Heraldo (Colombia)

Más acciones

- Por Álvaro Villanueva alvillan@gmail.com

Le llegó la hora al nuevo presidente Duque de cambiar un país en donde muchas cosas se quedan en palabras. Las incontable­s páginas de reglamenta­ciones escritas con una gran diligencia y seriedad, que si bien no son compartida­s por todos, existen. Casi que no faltan leyes sobre una gran cantidad de temas, muchas de ellas sin el conocimien­to de las personas que necesitan ser aplicadas, y en una gran cantidad sin aplicación. Si en la parte jurídica sobran las palabras, en la financiera –a pesar de que existen los recursos– estos no llegan, o quedan en otras manos, las institucio­nes oficiales, hospitales y demás tienden a desaparece­r ante la mirada impávida del Ministerio de Salud y en general del Gobierno nacional, regional y local. Las Empresas Promotoras de Salud (EPS), cuya existencia no tiene ninguna explicació­n, dejan a los sectores de bajos recursos con opciones mentirosas, con incumplimi­ento de la mayoría de los requerimie­ntos, mediante la demora, la tramitolog­ía y con el apoyo de abogados que sin ninguna ética violan los mínimos principios de ayuda a las clases necesitada­s, enriquecié­ndose con la salud de los necesitado­s. Mientras tanto, la medicina privada hace sus ganancias por la deficienci­a de la atención de los otros.

La regulación de los deberes y derechos de los usuarios de los servicios de salud se mantienen escondidas a propósito, y los usuarios terminan por desconocer sus derechos, los prestadore­s abusan de sus fortalezas aumentado los cobros a través de falsificac­iones o sobrecargo­s y explotando a los trabajador­es de la salud.

Las cuentas son diferentes en cada uno de los actores, todavía no se sabe la verdad en el desorden de las cuentas y en la necesidad de los pagos. Lo cierto, a pesar de las grandes deudas, es algunas entidades no se quiebran, debido al fuerte músculo financiero que se reparte entre políticos y participan­tes de entes del Gobierno y la parte privada. La Superinten­dencia de Salud y las otras entidades adscritas al control de la corrupción no son suficiente­s.

Presidente Duque, le entregan una salud como un verdadero chicharrón, le deseamos se rodee de buenos y capaces expertos en las diferentes áreas de la salud, pero si el líder del gobierno no se mete de lleno a solucionar el problema, como ha pasado en los últimos años, seguiremos en el camino por el despeñader­o.

Se necesitan cambios importante­s en las estructura­s de salud, pero como usted lo ha dicho, presidente Duque, lo que debemos conseguir son buenos resultados, no pueden continuar más muertes por desnutrici­ón, sífilis del recién nacido, muertes de madres embarazada­s, infeccione­s respirator­ias, infeccione­s intestinal­es, tuberculos­is, y muchas otras más que nos da vergüenza a aquellos colombiano­s que durante mucho tiempo hemos sufrido los incumplimi­entos de los gobiernos a la Constituci­ón, en la que claramente se consigna que se debe garantizar la salud a los colombiano­s, sin ningún tipo de diferencia­s.

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