¡ESTO ES LO FUNDAMENTAL!
Cinco temas que todos los colombianos deben respaldar sin condiciones: combatir la corrupción, cerrar la brecha social, respetar el Medio Ambiente, fomentar valores y promover el diálogo.
La polarización política del país no cede. Todo lo contrario: cada día que pasa se acentúa mucho más, hasta el punto de que los llamados propósitos comunes terminaron sepultados en la maraña diaria de los insultos, las ofensas y las injurias. Todo vale en la lucha por imponer los intereses individuales por encima de aquellos que podrían beneficiar a la sociedad en su conjunto. Las redes sociales terminaron convertidas en multiplicadoras de odios y resentimientos. Todos exigimos ser oídos, pero pocos estamos dispuestos a escuchar. La política terminó en manos de politiqueros ambiciosos y corruptos, cuyo fin no es servirle a la gente, sino poner la gente a su servicio.
La gravedad de la situación actual del país hace necesaria una profunda reflexión acerca de cuáles podrían ser aquellos asuntos que nos permitan anteponer los propósitos colectivos a las aspiraciones individuales. Es necesario buscar esos puntos de encuentro en medio de las grandes diferencias. El destino de Colombia no puede ser la eterna confrontación, siempre violenta y muchas veces armada. En algún momento debemos cerrar para siempre el capítulo del conflicto y de la guerra. Alguna generación -ojalá la nuestradebe poner punto final al desangre nacional.
Es necesario, como diría Álvaro Gómez Hurtado, establecer un “Acuerdo sobre lo Fundamental”, que nos permita construir un proyecto incluyente y colectivo como Nación, donde quepamos todos, sin distingos de ideología, raza o credo religioso.
Las mezquindades propias de quienes tienen motivaciones electorales atentan contra la construcción de ese pacto colectivo. No es un Acuerdo sobre lo Fundamental para beneficiar candidatos o partidos políticos, sino para buscar y encontrar una verdadera justicia social, basada en la lucha contra la pobreza y la iniquidad. Combatir la corrupción no puede ser una bandera electoral, sino un propósito nacional. La sanción social a los corruptos debe ser tan temida, respetada y acatada, tanto como la sanción legal. Debemos tener plena conciencia de que combatir a los corruptos es un asunto de valores y principios, más que de incisos y de códigos.
El Acuerdo sobre lo Fundamental nos permitirá acabar con los actuales indicadores de pobreza y miseria que tiene el país. No es posible lograr desarrollo y progreso si no cerramos la brecha social que separa a los pocos que tienen mucho de los muchos que tienen poco. Toda Ley o Reforma Tributaria cuya inspiración sea la riqueza de los poderosos y no la pobreza de los marginados sólo servirá para aumentar iniquidad, resentimiento y hasta odios.
Llegó la hora de entender que nuestra relación con el Medio Ambiente debe ser armónica y responsable y que si seguimos como vamos, los recursos naturales no renovables van a desaparecer, como -en efecto- están desapareciendo. Nuestro comportamiento depredador y destructor compromete nuestra propia supervivencia. La riqueza no se puede alcanzar destruyendo la naturaleza, secando los ríos y arrasando los bosques. Un río que se seca y un árbol que se tala es un daño irreparable que causamos a la naturaleza, cuyas consecuencias pagaremos todos.
Hay valores superiores que debemos promover y fomentar desde la familia, independientemente de la conformación o naturaleza de la misma. El mejor modelo de familia es aquel que promueve valores y principios, como la honradez, la igualdad y el respeto a las diferencias. Hechos inocultables y evidentes, como el conflicto armado, entre otros, acabaron con el modelo tradicional de familia. Hoy no hay uno solo, sino muchos modelos, todos ellos respetables. Los valores democráticos no se fortalecen con la suma de las voluntades de las mayorías, sino con el respeto del pensamiento de las minorías. ¿Cuáles deberían los grandes propósitos que logren el respaldo de todos los colombianos, sin distinción ideología, política o religiosa?