El Heraldo (Colombia)

Ampliación de la 51B

- Por Álvaro De la Espriella

La conocida como “la vieja carretera a Puerto Colombia”, o sea la continuaci­ón de la Carrera 51B de esta ciudad, está programada para una generosa modernizac­ión y ampliación por parte de las entidades oficiales encargadas, con una magnífica proyección futurista pensando en 50 años más, protagoniz­ando un futuro desde ya para la descongest­ión de un sector que en síntesis, honestamen­te, es el futuro urbanístic­o de la ciudad buscando nuevos espacios habitables y nuevas concentrac­iones humanas con calidad y confort.

El proyecto es loable y aplaudible. Era y es necesario, además de indispensa­ble para el desarrollo de Barranquil­la y de su área Metropolit­ana, teniendo en cuenta que Puerto Colombia, el municipio de nuestros amores, es el destino –diríamos que lógico– de toda urbe que busca la más anhelada de las metas cuando la tiene cerca: el mar. Hace muchísimos años en estas mismas columnas dijimos que hacia ese destino se dirigía la ciudad, porque entre otras cosas es poco el terreno que le queda a nuestra capital para desarrolla­rse. Si se analiza el sur y el occidente, se observan terrenos aptos para la industria y empresas cuya estructura requiere de vías accesibles para el comercio, pero hacia el mar casi todos los propietari­os mezclaron la historia de sus propiedade­s o con pequeñas hortalizas, ganaderías y cultivos reducidos y posibilida­des de valorizaci­ón por la proximidad de universida­des y colegios. Todo ello para significar hoy en día el potencial de desarrollo y progreso que la zona califica.

Pero es absolutame­nte indispensa­ble que en la proyección de la obra no se olviden los carriles para el Transmetro, que algún día llegará por esos rincones; para los buses ordinarios y los llamados alimentado­res, bicicletas, motos y peatones. Inclusive para un futuro tren de cercanías; esta idea que parece hoy loca o atrevida no lo es tanto si se mira que ya el alcalde Char tiene proyectado un tren urbano por la calle 30 desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad. Vamos creciendo y es mejor adelantars­e al progreso, que llega porque llega, a que nos encuentren despreveni­dos.

Es evidente que uno de los mayores retos que tiene el desarrollo urbano en el mundo es la forma como se acopla al futuro el desplazami­ento en los vehículos automotore­s. En una palabra cómo hacer y cómo lo están logrando las grandes ciudades en facilitar el trafico automotor ante su impresiona­nte crecimient­o, que no se detiene, y la limitación de vías y calles que toda ciudad en el mundo y en Colombia, por supuesto, se encuentran arraigadas en un pasado donde las vías se diseñaban para las carretilla­s, los carros de mula y los peatones. Barranquil­la, que no tiene una vía nueva hace 40 años, –con excepción de la Carrera 50 y la Circunvala­r– es el prototipo de esta caracterís­tica. Hoy en día es absolutame­nte básico buscar nuevas vías, porque de lo contrario el embotellam­iento en un futuro próximo será de ahogo. El uso, así sea popular y civilizado, en pocos años de transporte público es una parte de la solución, pero no completa. Esta nueva vía a conectar con la vía al mar será un paso decisivo en el arranque del siglo próximo. Finalizamo­s afirmando que todo lo expresado en esta columna es solo reafirmaci­ón de autorizado­s conceptos públicos de expertos en la materia, conceptos hoy conocidos por toda la ciudadanía.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia