Brújula virola
El problema de este país no es la carencia de brújula; la hay, pero ‘virola’, no se fija en ningún punto, así que no marca rumbo definido, y cuando se orienta en algún sentido siempre salen los contravía a poner obstáculos, siempre hay una leguleyada que perturba, siempre alguien interpreta distinto. Es que, seguro adrede, la redacción de las normas no es breve clara y específica, deja vacíos, para que después haya “intérpretes” para que sí y para que no. “Hecha la norma, hecha la trampa”, aquí se dice. Además, las redes, la radio, los medios en general parecen ponerse de acuerdo para hacer tremendo eco de algunos sucesos sin mayor importancia, y casi simultáneamente desprecian resaltar lo realmente nocivo. O lo abandonan muy rápido.
Tremenda bulla con el cuestionado secuestro de un comerciante, durante semanas ocupó páginas enteras, aún hoy se ocupa el Gaula y lo anuncia, y ni hablar de las redes. Pero a una dama en cercanías de Miramar la asesinan, la dejan días ahí tirada con su celular encendido, y sí, lo registran, pero poco tiempo, no es noticia atractiva. Agreden a un actriz, su ojo hinchado, terrible lo de la agresión a mujeres, se vuelve viral la protesta, el montón de gente autorretratándose tapándose un ojo con la mano, selfie corrida. Pero lo de la niñita de nueve años que un monstruo secuestró, violó y después incineró fue flor de un día y no mereció muchos apuntes en las redes. Y así.
En los juzgados hay represados algo más de diecisiete mil procesos judiciales contra abusadores de niños, pero los congresistas andan enredados en la tal reforma a la justicia que no lo es, lo suyo es otro tema, y no impulsan el aumento en número de jueces dedicados al tema.
Ni hablar de la dosis mínima. Duque lo que quiere es que los jíbaros no se escuden detrás de tal cuentecito y vayan y vengan de su acopio a por poquitos vender droga en cantidades. Salen de una los “constitucionalistas”, seguro ‘coletos’, a oponerse como si fueran dueños del mercado. Entonces presionan, que si el abuso, que no le quiten su ‘vareta’ o ‘perico’ porque son adictos, y que entonces muestren un certificado médico de adicción, imagina uno el gran comercio de certificados chimbos. “Virola”, decían las abuelas a las brinconas de aquí pa’llá. Así somos: Pa’lante y pa’trás. O sea, nunca avanzaremos mientras la brújula siga ‘virola’.
Coletilla: En sus inicios, el programa Barranquilla cómo vamos lució como una nueva inane iniciativa gremial. Pero Rocío Mendoza en sus más de siete años como directora supo interpretarlo, consolidarlo y convertir sus resultados en valioso documento de orientación a la gestión gubernamental. Su paso a ser directora de Consultoría de Uninorte creó expectante preocupación sobre su reemplazo. Pero atinaron los directivos en la escogencia de Manuel Fernández Ariza, un joven y brillante ejecutivo que a través de su buen desempeño en los cargos que ha ocupado demostró seriedad y capacidad, lo que augura que el hoy tan importante programa continuará en su senda de aciertos. Buen viento y buena mar.