El Heraldo (Colombia)

Harvey Weinstein: el “monstruo” que ya no aterroriza a Hollywood

El productor ha sido acusado de acoso, agresiones sexuales y violación por cerca de 80 mujeres E Gwyneth Paltrow, Uma Thurman y Salma HayeK lo han denunciado.

- Por Javier Tovar

“La historia suena tan buena que quiero comprar los derechos para la película”: Harvey Weinstein reaccionó con esa arrogancia al artículo del New York Times que hace un año desmontó su imperio de abuso sexual.

No tenía idea de la magnitud que tendría esta historia publicada el 5 de octubre. Cinco días después, la revista The New Yorker agregó más leña al fuego con contundent­es denuncias de violación, que se remontaban a décadas.

Así se fueron multiplica­ndo las acusacione­s contra quien fuera llamado un “monstruo”.

Mujeres, incluidas grandes estrellas de Hollywood, salieron de las sombras para compartir su dolorosa experienci­a con este hombre que fue considerad­o un dios en la industria, con el poder de construir o destruir carreras en el mundo del entretenim­iento.

Y se aseguraba de que sus víctimas lo supieran para obligarlas a callar.

Ashley Judd, Gwyneth Paltrow, Kate Beckinsale, Uma Thurman y Salma Hayek lo han acusado de diferentes agresiones, desde acoso sexual a violación, como Asia Argento, Lucia Evans, Rose McGowan y Paz de la Huerta.

Mira Sorvino y Ashley Judd aseguran que acabó con sus carreras por no acceder a sus insinuacio­nes.

“NO CULPABLE”. Hasta ahora solo ha sido imputado ante la justicia de haber agredido sexualment­e a tres mujeres. Weinstein, 66 años, se declaró “no culpable”. Si es juzgado y hallado culpable, puede ser condenado a cadena perpetua.

Sin embargo, Hollywood ya lo condenó. Fue expulsado de la Academia del cine de Estados Unidos y The Weinstein Company (TWC), el estudio que fundó con su hermano Bob y que ganó 75 premios Óscar, terminó en la bancarrota y vendido a un fondo de inversione­s.

Su matrimonio con la diseñadora de modas Georgina Chapman, con quien tuvo dos de sus cinco hijos, también terminó.

Y de las cenizas del imperio que construyó aquel muchacho de Queens, nacieron movimiento­s como el #MeToo y el Time's Up y a un cambio cultural de actitud ante este tipo de conductas, no solo en Hollywood sino en la política: el proceso para confirmar al juez Brett Kavanaugh a la Corte Suprema de Estados Unidos es el mejor ejemplo.

Las revelacion­es en su contra destaparon además una olla que salpicó a famosos como los actores Kevin Spacey y Morgan Freeman, y más recienteme­nte al expresiden­te de la televisora CBS Leslie Moonves.

EN BATA DE BAÑO. Harvey Weinstein ya no es el “sheriff de esta asquerosa ciudad sin ley” llamada Hollywood, como solía llamarse. Ahora aparece esposado en la corte de Nueva York donde las cámaras lo siguen con el mismo frenesí de sus desfiles en las alfombras rojas del espectácul­o.

Aún es un tipo corpulento de 100 kilos, un poco intimidant­e. Lo defiende Benjamin Brafman, famoso por representa­r a celebridad­es, políticos y hasta miembros de la mafia.

Pero ya no tiene el poder que le permitía citar a actrices en cuartos de hotel, donde las recibía apenas cubierto con una bata de baño e invitaba a dar o recibir masajes y a que lo vieran masturbars­e. En noviembre, después de que estalló el escándalo, se internó en un centro de rehabilita­ción para tratar su adicción al sexo y pedía una segunda oportunida­d, que todo indica nunca recibirá. La máquina que construyó para facilitarl­e acceso a sus presas, y de espías y cómplices para comprar silencios, finalmente se apagó. Le queda el Óscar que ganó como productor de Shakespear­e enamorado y los recuerdos de décadas de adulación, de poder, de influencia.

Fue también reconocido por sus contribuci­ones en campañas contra el sida, la diabetes juvenil y la esclerosis múltiple. También hizo donaciones al Partido Demócrata, incluidas las campañas de Barack Obama y Hillary Clinton.

PASIÓN DEL PADRE. Bob y Harvey Weinstein produjeron conciertos antes de fundar en 1979 su primer estudio Miramax, que vendieron a Disney en 1993.

El nombre es la combinació­n de su madre Miriam —que trabajó como recepcioni­sta cuando nació el estudio en principio para distribuir filmes independie­ntes— y su padre Max, un cortador de diamantes y amante del séptimo arte, que inculcó esa pasión a los dos muchachos.

Las películas favoritas de Harvey son Luces de la ciudad con Charles Chaplin y Ayuno de amor.

Después de Miramax, vino la TWC, que fundaron en 2005 y que Lantern Capital compró por 289 millones de dólares.

Chicago, El paciente inglés, El artista, El discurso del rey son algunos de los filmes que llegaron de su mano a la gloria del Óscar.

El trabajo del New York Times que lo desenmasca­ró le valió el premio Pulitzer a las periodista­s Jodi Kantor y Megan Twohey, que compartier­on con Ronan Farrow del New Yorker.

Y la película sobre los abusos de Weinstein, aquella que era “tan buena” que quería los derechos, se va a hacer... solo que no será él el productor, sino Brad Pitt.

 ?? AFP ?? El 5 de junio de 2018, Harvey Weinstein se presentó en el tribunal penal de Manhattan de Nueva York, por acusacione­s de violación en su contra.
AFP El 5 de junio de 2018, Harvey Weinstein se presentó en el tribunal penal de Manhattan de Nueva York, por acusacione­s de violación en su contra.

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