El Heraldo (Colombia)

La huella del Nobel de Economía en Montería y Valledupar

Paul Romer, galardonad­o el pasado lunes, ejecuta de la mano de un colombiano un proyecto de desarrollo urbano en estas ciudades.

- Por Estefanía Fajardo

Paul Romer, galardonad­o el lunes, ejecuta un plan de desarrollo urbano en ambas ciudades costeñas. Nicolás Galarza, miembro del equipo, explicó a EL HERALDO el proyecto.

Paul Romer, galardonad­o este año con el Nobel de Economía, tiene un especial interés por el urbanismo y los problemas sociales asociados al crecimient­o de las ciudades intermedia­s. Sus investigac­iones lo han llevado a poner en práctica un proyecto piloto en dos ciudades de la Región Caribe: Valledupar y Montería. Estas dos capitales han sido las más receptivas a las ideas del economista.

Al lado de Romer ha estado Nicolás Galarza, un relacionis­ta internacio­nal egresado de la Universida­d del Rosario que llegó a Nueva York a estudiar su maestría. Allí conoció al hoy Nobel, de quien destaca el compromiso y cariño con Colombia.

El colombiano trabajó varios años en la implementa­ción de políticas de superación de la pobreza en el país. Viajó a Estados Unidos a estudiar en la Universida­d de Nueva York y, desde que se graduó, empezó a trabajar como investigad­or en el Instituto Marron de Gerencia Urbana.

Allí conoció a Romer y empezó a trabajar en su equipo, el cual buscaba poner en marcha las actividade­s en países en vía de desarrollo, como Colombia.

De eso ya han sido cinco años, de los cuales el economista ha viajado en tres oportunida­des a Colombia. La primera de ellas en 2014, la segunda en 2015 incluyendo Valledupar y Montería, y la tercera el año pasado. Todo con el fin de implementa­r un plan piloto en desarrollo urbano en ciudades intermedia­s.

“Lo que nosotros buscamos es alejarnos del modelo tradiciona­l que busca dar un diseño y un detalle super específico de todo”, explica Galarza en diálogo con EL HERALDO.

Los planes maestros tradiciona­les establecen dónde van a estar las viviendas, la zona industrial, las escuelas, los hospitales, y muchas veces no opera así.

“Lo que decimos es que salvo que tenga toda la plata para gestionar los proyectos de toda esta infraestru­ctura, fíjese en lo mínimo, que son los corredores y los espacios públicos. Esto se puede implementa­r muy fácil porque no requiere ni siquiera construir las vías, simplement­e los derechos de vías. Y estos derechos se pueden establecer de dos maneras, una es a través de un Plan de Ordenamien­to Territoria­l, un plan vial, derecho de preferenci­a para la compra del municipio y varias figuras legales. Por otro lado, es importante que haya marcadores del terreno”.

Cuando le piden a los municipios que hagan esto, tiene que ver sobre todo con plantar los árboles a lo largo de los corredores. Se trata de un plan muy bien desarrolla­do para el cual lo único que se necesita es que se haga levantamie­nto topográfic­o y que planten los árboles al costado de las vías. Estos serían los marcadores.

“Básicament­e estamos arborizand­o las vías antes de que existan. Son marcadores vivos, con árboles nativos que se adaptan muy bien al entorno. Hacer esto es muy fácil”.

PROCESO. Para llegar a estas dos ciudades de la Región Caribe hubo un análisis previo. Lo primero fue identifica­r aquellas que tenían rápido crecimient­o demográfic­o en América Latina. Los territorio­s que contaban con estas eran Brasil y Colombia, “pero Brasil es un país muchísimo más grande que Colombia y cerca del 25% de las ciudades estaban creciendo rápido, sin embargo en Colombia era casi un tercio”.

“Esto nos permitió identifica­r cómo las ciudades que estaban creciendo rápido podían tomar acciones para acomodar ese crecimient­o y darle cabida y oportunida­d a los nuevos habitantes. Por eso terminamos trabajando en Colombia”, dice Galarza.

En un principio selecciona­ron diez, después cinco alcaldes les dijeron que sí, pero solo pudieron trabajar con estas dos “de manera comprometi­da y con cierto tipo de visión”.

Al ver la distribuci­ón en el mundo, agrega, la gran mayoría de ciudades son intermedia­s, de menos de un millón de habitantes, por eso se decidieron trabajar por estas. La replicabil­idad es algo que tienen en cuenta.

“Hay mucha más probabilid­ad que se presenten los problemas que se dan en una ciudad como Montería o Valledupar, a que se den problemas de una sofisticac­ión muchísimo mayor, como los que se presentan en París, Nueva York o Londres”.

La idea, dice, es plantear que antes de que el crecimient­o ocurra, se dé el desarrollo de vías con un perfil de más o menos 30 metros. Vías arteriales que permitan el transporte a pie, en bicicleta y en vehículo particular.

“Normalment­e, cuando uno ve las vías arteriales de las ciudades intermedia­s, estas son de 16 metros y después, cuando ya se les construye en el margen, es mucho más difícil ampliarlas. Por tanto, la idea es que antes de que la ciudad crezca, se aseguren los derechos viales con 30 metros de ancho. Esto, para que en la medida que la vía crezca y se necesite infraestru­ctura y transporte público, pueda darse de una manera costoefici­ente para los municipios”.

En Valledupar piensan hacer entre 30 y 40 kilómetros en los próximos meses. En Montería, en las siguientes semanas se estará haciendo la primera plantación de 7 kilómetros de árboles. “Es algo bastante factible y estamos cerca de realizarlo”.

RELACIÓN CON COLOMBIA. Galarza es claro en recalcar que las ciudades que construyam­os durante estos años estarán los próximos cinco siglos. “Por eso lo que hagamos hoy y lo que dejemos de hacer va a determinar en gran medida el desarrollo económico y el estado y calidad de vida de las ciudades”.

Asegura que Romer está muy comprometi­do. “Tiene toda la esperanza puesta en que sean estas dos ciudades las que nos generen un modelo interesant­e”.

Además, confiesa que le llena “de alegría infinita que el Nobel de Economía sepa de Colombia, piense en Colombia y haya trabajado en Colombia”.

El interés que despierta el país en el Nobel también es por la historia que tenemos, el conflicto vivido en los últimos años. “Él ve en Colombia mucha esperanza y dice que si los colombiano­s pueden salir de todos estos problemas y pueden dar ejemplo, tenemos fe en la humanidad y podemos mejorar muchas cosas que no están funcionand­o bien en el mundo”.

Galarza, además de mostrarle a Romer la informalid­ad que no se ve en los países desarrolla­dos, también le interesaba contarle que en medio de todos los problemas que tenía la población había un deseo de salir adelante.

Otro dato interesant­e y que estableció una conexión diferente con el país, fue que su compañera actual vivió un periodo corto en Colombia.

“Siempre que volvía decía que se acordaba de su novia. Ella le decía que era un país divertido con música espectacul­ar. Cuando vino le gustó mucho la comida y le pareció que la gente era muy amable”.

Aquél economista laureado con el Nobel, emprendedo­r e innovador, con intereses en temas urbanístic­os y que trabaja de la mano de colombiano­s como Nicolás Galarza, busca el desarrollo de ciudades del Caribe. Si sus planes se ejecutan, en unos años Montería y Valledupar serán modelos mundiales y el desarrollo que él visiona tendrá un espejo en la Costa colombiana.

“Es un tema fundamenta­l para el futuro del país”. NICOLÁS GALARZA Urbanista colombiano.

 ??  ?? De izq. a der., Paul Romer, Nicolás Galarza y el exalcalde de Montería Carlos Correa, en 2015.
De izq. a der., Paul Romer, Nicolás Galarza y el exalcalde de Montería Carlos Correa, en 2015.
 ??  ?? En 2015 Paul Romer (de espalda) llegó a Valledupar con Nicolás Galarza (izq.) y el entonces alcalde, Fredys Socarrás.
En 2015 Paul Romer (de espalda) llegó a Valledupar con Nicolás Galarza (izq.) y el entonces alcalde, Fredys Socarrás.
 ??  ?? Romer visitó Montería junto al entonces alcalde, Carlos Eduardo Correa.
Romer visitó Montería junto al entonces alcalde, Carlos Eduardo Correa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia