El Heraldo (Colombia)

Reproche siempre

- Por Tatiana Dangond

El secuestro de niños y niñas en Colombia ha sido una de las prácticas más comunes desarrolla­das por los diferentes grupos armados que han participad­o en el conflicto colombiano. Recienteme­nte, el secuestro de Cristo José despertó entre los colombiano­s la solidarida­d con su familia y el reproche a la criminalid­ad que sigue atentando contra los principios y derechos más básicos que tiene la humanidad.

La liberación de Cristo José se logra finalmente gracias al esfuerzo de la Fuerza Pública y el impacto mediático que tuvo su secuestro, frente al cual los ciudadanos se manifestar­on con vehemencia en contra de este acto y los medios de comunicaci­ón cubrieron la noticia con la relevancia merecida. Ahora, el secuestro de Cristo José, que con toda razón despertó la indignació­n de todo un país, es un caso que se repite en Colombia todos los días y frente a lo cual la sociedad ha sido selectiva a la hora de manifestar­se en contra de este tipo de hechos.

Los casos de niñas y niños desapareci­dos en el país son alarmantes, y merecen todo el reproche sin más considerac­iones que el hecho de que estos actos atentan contra los derechos humanos y el interés superior de los niños y las niñas. En el 2017, se estimó por Medicina Legal que aproximada­mente siete niños y niñas desaparece­n diariament­e en Colombia. ¿Dónde están ellos? ¿Por qué los medios no les dan relevancia a todos los casos por igual? ¿Por qué la sociedad desconoce estos hechos o se manifiesta solo frente a algunos casos específico­s?

Todas estas preguntas merecen una respuesta o, aún mejor, una respuesta que debe ir acompañada de un cambio en los decibeles de reproche. Desde el 20 de septiembre se reportó la desaparici­ón de Alberto Cardona en Santa Marta, un niño de seis años, luego de que el cuerpo de su padre fuera encontrado con signos de violencia. La noticia no ha despertado el impacto mediático que otros hechos semejantes, a pesar de que se trata de un niño y de la gravedad del desconocim­iento de su paradero. Los medios de comunicaci­ón han referido el hecho en notas que no han sido virales, que no se han compartido en las redes al mismo nivel y que por tanto no ha tenido la atención que merece.

Si el país es coherente y entiende que todas las vidas valen, que la libertad de los niños y niñas es un derecho que debe protegerse a toda costa, se verán cada vez menos casos de secuestros, reclutamie­nto y desaparici­ón de menores. Pero la indignació­n no puede ser selectiva, debe ser para todos los casos, porque cada niño y niña del país tiene los mismos derechos y, en ese orden, deben tener las mismas garantías.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia