El zasca esperanzador de Junior
Zasca: un corte, un hachazo dialéctico, o una bofetada verbal. Palabra ideal para aludir a una réplica cortante, rápida y a menudo ofensiva.
Sería curioso recopilar los mensajes incendiarios que aparecieron en las redes sociales cuando en el minuto 35 del primer tiempo del partido Junior-Tolima, el equipo barranquillero perdía 0-3. Me gustaría saber cuánta gente habló mal de Julio Comesaña, vomitó pestes sobre la alineación del técnico, cuestionó de forma rabiosa que la táctica del entrenador llevara tres volantes de contención, pidieron a gritos su dimisión, maldijeron la hora en la que los Char habían recuperado al uruguayo, enterraron a Pérez, Viera y Piedrahita, e invitaron a sus amigos a dejar de ver el partido y seguir el BostonYankees de las Grandes Ligas. Y también me encantaría conocer aquellos que pensaron o imaginaron la remontada que se dio en el segundo tiempo. Les daría el premio al optimismo.
El fútbol no conoce verdades absolutas. Un día vi al Barcelona meterle en el primer tiempo un 3-0 (los tres de Romário) al Atlético de Madrid en el antiguo Vicente Calderón. Un resultado ideal para los periodistas de prensa escrita porque crees que ya puedes escribir tranquilamente una crónica. Me tuve que comer todos los folios. El Atlético marcó 4 goles en la segunda parte para ganar el partido. Igual que la proeza de Junior el miércoles pasado en el Metropolitano.
En el descanso, Comesaña estaba muerto, y Gamero estaba por los cielos. “Hemos perdido la primera parte, ahora hay que ganar la segunda”, dice el técnico del Junior que les dijo a los jugadores. Tras un baño como el que habían recibido, por culpa de fallos individuales y no del planteamiento, muchos jugadores seguro que preferían que el partido hubiera acabado. Pero reaccionaron, y sacaron todo el orgullo y la fe para conseguir una victoria en la que nadie creía. Ojalá sirva este triunfo épico para conquistar el título deseado. Ojalá Junior me haga recordar aquella vez que el Zaragoza le endosó un 6-1 al Barça de Johan Cruyff, llamado entonces el “dream team”, y el holandés en la rueda de prensa se quedó con los periodistas con una frase: “Después de este resultado estoy convencido que ganaremos la Liga”. Dicho y hecho. Puede que Comesaña no tenga la flor que Cruyff tenía allá donde acaba la espalda. Pero después de lo hecho, nada es imposible para este Junior.