La Ciénaga necesita saneamiento y no obras de turismo: veeduría
Construyen parador en Pueblo Viejo y plataforma flotante en Nueva Venencia ➲ La inversión es de 13 mil millones de pesos.
SANTA MARTA. Los pescadores y habitantes de las poblaciones palafitas de la Ciénaga Grande de Santa Marta alzaron su voz ante la construcción de un parador turístico en Pueblo Viejo y una plataforma flotante en Nueva Venecia, con inversión de $13 mil millones, mientras que las localidades están sumidas en el abandono.
A través de la Veeduría Unida de Nueva Venencia, creada por los pescadores de ese corregimiento perteneciente al municipio de Sitionuevo, se puso de manifiesto el descontento al considerar que “es una inversión pública alta, que muy poco ayudará a dar soluciones concretas a sus problemáticas”.
La obra es financiada por el Gobierno nacional a través del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ejecutada por el Fondo Nacional del Turismo y gestionada por la Gobernación del Magdalena.
El sentir de los habitantes representados por los veedores Octavio Gutiérrez Mendoza, Yainci Moreno Ayala y Cristian Amado Reyes es que serían muchas las necesidades básicas que se podrían cubrir con esos recursos.
LO QUE EXISTE. Las obras están encaminadas a que colombianos y extranjeros visiten las poblaciones palafitas y se maravillen con la inusual forma de construir las casas de tabla sobre las aguas de la Ciénaga Grande de Santa Marta, pero los visitantes –al decir de la comunidad– se tropezarán con noticias que no van a tono con las obras a ejecutar.
“Se encontrarán con poblaciones (Nueva Venecia, Buenavista) rodeadas de agua, pero no potable en los hogares; sin saneamiento básico, sin alcantarillado y con heces (materias fecales) que caen diariamente a la ciénaga grande”, precisan.
Sostienen que el drama en la actualidad es ver allí aguas estancadas e inmóviles por la sedimentación en caños que no dejan entrar agua dulce, por tanto las bacterias y las enfermedades están a la orden del día.
“Es dramático ver que habitantes o visitantes no tienen dónde arrojar los residuos por lo que terminan depositándolos en cualquier parte de la ciénaga”, precisan.
Añaden que esas poblaciones palafitas lanzan un S.O.S. porque hay más de 40 puntos de electricidad con cables pelados y sin protección alguna.
DESARROLLO Y COMPETITIVIDAD. El director de Turismo del departamento, Fidel Vargas Salcedo, salió al paso de las aseveraciones de los veedores y aclaró que la metodología del Fondo Nacional del Turismo, Fontur, “no permite que el dinero del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo sea invertido en saneamiento básico y agua potable”.
Aclaró que se trata de recursos con destinación específica y que si fueron direccionados hacia estas obras “bienvenidos sean”.
Dijo Vargas que conscientes de que se requieren obras de saneamiento básico, la gobernadora Rosa Cotes de Zúñiga ha diligenciado en el Ministerio de Ambiente las acciones para sacar adelante este otro propósito. Además, el proyecto se desarrolla para darle oportunidad de trabajo a los habitantes de esa zonas del corredor Palmira, Isla Rosario, Tasajera y Pueblo Viejo, además de Nueva Venecia y Buenavista.
Busca generar competitividad en los pueblos palafitos de la Ciénaga Grande de Santa Marta, a través de un circuito turístico para hacer visible esta importante reserva de la biosfera como atractivo turístico para el mundo.
SITIO RAMSAR. El escenario natural en donde se encuentran ubicadas estas poblaciones de pescadores, es Sitio Ramsar en el país, es decir, humedal de importancia internacional. Además, es Reserva de Biósfera declarada por la Unesco y de Importancia para la Conservación de Aves (AICA).
Sin embargo, asegura el veedor Cristian Amado: “ninguno de estos títulos que ostenta el complejo lagunar le ha valido por falta de un sistema de gestión que de forma integral articule la recolección en medio acuático”.
En el pasado mes de junio los habitantes de Nueva Venecia alertaron por la posibilidad de una emergencia de tipo ambiental y sanitaria, debido a la acumulación de basuras en el centro de acopio. Los desechos emanaban olores nauseabundos y caían al agua del complejo lagunar, sumando así otro ingrediente a la crisis ambiental.
El llamado que hizo la Veeduría Unida movilizó a los entes competentes y procedieron a desocupar el centro de acopio.