Con el señor Efromovich
Resultó bastante interesante la reunión que el día 31 de octubre se realizó en el despacho del gobernador Eduardo Verano con los gremios y fuerzas vivas de la ciudad y el señor Efromovich, propietario mayoritario y presidente de la junta directiva de Avianca, reunión promovida por el gobernador, que por cierto hizo en ella una introducción de la más alta calificación ciudadana, técnica y gubernamental.
Se trató de analizar las incidencias para el Atlántico y Barranquilla del cambio de horario del vuelo diario hacia Miami, trasladado de las 11:00 a.m. a las 3:00 a.m. Se le planteó al visitante las posibles consecuencias negativas, el impacto que podría tener ante los avances de desarrollo y turismo que se agigantan en la ciudad y el departamento y, por supuesto, las incomodidades de una hora que para familias con niños y todo viajero representa un trayecto al aeropuerto lleno de inseguridades.
Efromovich es un hombre curtido en los negocios, dueño de una considerable fortuna que traduce sus pasos a seguir en los negocios según las conveniencias rentables del mismo. Allí no cabe el romanticismo, ni las ternuras, ni las ilusiones. No se puede trabajar a pérdida y punto. El aeropuerto local no genera aún el porcentaje requerido para cubrir sillas por encima del punto de equilibrio en el promedio anual. Pero es un ejecutivo muy inteligente, educado, agradable y fue muy amable con la audiencia, en la que participaron Gobernación y Alcaldía, los gremios locales –entre ellos principalmente los de turismo, ProBarranquilla, el concesionario del aeropuerto, la Cámara Colombo Americana– y otros sectores de alta valía local. En el diálogo, que fue provechoso, el señor Efromovich prometió estudiar la posibilidad de colocar más adelante, según resultados, un segundo vuelo a La Florida, de acuerdo con la demanda y ocupación a una hora más cómoda.
Al final pensamos, se obtuvieron algunas conclusiones visibles y concretas: en primer lugar, no debemos olvidar que Avianca es una empresa privada y es un negocio. Segundo, el departamento y Barranquilla ya arrancaron para incrementar el turismo y promover eventos, lo que se traducirá –sin duda– en un mayor flujo de pasajeros de entrada y salida. En tercer lugar, que está en nuestras manos una mayor demanda y un mayor soporte para buscar sillas a La Florida. La oferta y la demanda hacen el negocio, pero también hacemos el negocio nosotros mismos al buscar incentivos para la promoción de nuestros activos. Por último, aun cuando el señor Efromovich deja un poco el sabor de la frustración, a pesar de su amabilidad que fue manifiesta, planteó la irremediable ecuación de que negocio es negocio y derriba cualquier otra consideración.
Desde luego que los pasajeros tendremos las otras opciones para viajar: por la misma Avianca a través de Bogotá, por Santa Marta, Cartagena o Panamá con otras aerolíneas a horas relativamente más cómodas. Pero algo sobresalió con mucho impacto de esta reunión: la cohesión, la solidaridad, la integración de fuerzas en torno a un objetivo concreto, la identificación de una manera de defender lo que creemos nuestro y lo que creamos que debemos defender. Esto es muy importante y trascendental para el futuro en este caso y todos los demás: la unión hace la fuerza, lo dijo Napoleón hace bastante años.