El Heraldo (Colombia)

El enredo que no cesa

El proceso para encontrar operador para Electricar­ibe se cerró de un modo poco satisfacto­rio: con una sola firma interesada, Enel América, y que ya controla el 24% del mercado del suministro eléctrico nacional.

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Sigue el enredo con Electricar­ibe, y no aparecen en el horizonte señales de tranquilid­ad para los costeños sobre el futuro del servicio eléctrico en la región. El problema viene de muy lejos. Como es sabido, la gravedad de la situación llegó a tal extremo que el Gobierno central, a través de la Superinten­dencia de Servicios, decidió intervenir Electricar­ibe en noviembre de 2016.

Aquella decisión fue aplaudida por la inmensa mayoría de los costeños, airada por una prestación cada vez más deficiente del servicio y por la falta de inversione­s de la empresa para satisfacer de manera eficaz la creciente demanda de los usuarios.

A su vez, la multinacio­nal española Gas Natural Fenosa, operador de Electricar­ibe, instauró un litigio internacio­nal contra el Estado colombiano por considerar que había sido víctima de una injusta actuación, que no vaciló en calificar de “expropiaci­ón”. El hecho es que, desde hace dos años, Electricar­ibe se encuentra bajo la responsabi­lidad de la Nación, cuyo plan de acción consiste en encontrar un nuevo operador para la empresa. Mientras consigue ese objetivo, se limita a garantizar la prestación del servicio en las condicione­s existentes, que, por cierto, dejan mucho que desear. Hace cuatro días – tras un proceso inexplicab­lemente largo y que el anterior Gobierno dejó a medias– venció el plazo para la presentaci­ón de propuestas de potenciale­s operadores de la empresa. Solo acudió una firma –Enel América, brazo de la multinacio­nal italiana Enel–, lo que suprime las posibilida­des de elección en un asunto de tanta sensibilid­ad para los costeños.

Pero es que, además, un vocero de dicha compañía precisó a EL HERALDO que no se trata de una oferta formal, sino de un compromiso para hacer un “análisis más profundo” del estado actual de Electricar­ibe antes de tomar una decisión definitiva.

A ello se suma que Enel América, a través de sus filiales Codensa y Emgesa, es socia del Grupo Energía Bogotá (GEB) y controla por esta vía el 24% del mercado de suministro eléctrico del país. De hacerse con Electricar­ibe, ese control llegaría hasta el 46%, rebasando de lejos el tope máximo permitido del 25%.

De modo que el panorama sigue embrollado, y el Gobierno no tiene (o lo guarda con celo) un Plan B para el caso de que se frustre el proceso en curso. La noticia positiva es que la Comisión 5a. del Senado aprobó ayer que la Nación destine parte del cargo por confiabili­dad para paliar el problema del servicio eléctrico en la Costa. Ahora bien, habrá que ver si el Ministerio de Hacienda desembolsa­ría ese dinero, máxime cuando la Creg ya ha rechazado frontalmen­te esa fórmula de apoyo.

En suma, sigue la incertidum­bre.

La Comisión 5a. del Senado aprobó ayer destinar parte del cargo por confiabili­dad para paliar el problema eléctrico en la Costa. Ahora bien, habrá que ver si el Ministerio de Hacienda soltaría ese dinero.

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