El Heraldo (Colombia)

100 días de gobierno

- Por Érika Fontalvo

Apunto de cumplir sus primeros 100 días de gobierno, arrecian las críticas contra el presidente Iván Duque, incluso desde su propio partido, el Centro Democrátic­o, que cuestiona el liderazgo de varios de sus ministros, entre ellos Justicia e Interior, porque se les agota el tiempo para sacar adelante las iniciativa­s legislativ­as del Ejecutivo.

La luna de miel del mandatario con los líderes políticos y gremiales, medios de comunicaci­ón y ciudadanos del común fue muy corta, y son muchos los que hoy nos preguntamo­s si estamos frente a un escenario inédito en el que a falta de uno tenemos “dos gobernante­s”. Por un lado, está un mediático Iván Duque instalado en la Casa de Nariño, que pierde popularida­d a pasos agigantado­s y al que se le acusa de falta de gestión. Por el otro, está el senador Álvaro Uribe, quien desde el Congreso, donde se mueve como pez en el agua, exhibe un renovado liderazgo y aparece listo para lanzarle un salvavidas a su alumno más avezado.

Cosas de la política, dirán muchos; pero la realidad nacional no da espera, presidente… Duque. Hay hechos que generan tremenda preocupaci­ón.

Un mes después del inicio del paro de las universida­des públicas en demanda de más recursos, el diálogo está roto y miles de estudiante­s podrían perder el semestre. El Gobierno hizo un esfuerzo presupuest­al asignando más plata para el sector, lo que fue reconocido por los rectores, pero la protesta de los universita­rios continúa. La legitimida­d de su movimiento, que alcanzó respaldo popular, está hoy amenazada por el accionar de agitadores profesiona­les, que bajo el cobarde anonimato de una capucha están generando violencia y caos, como ocurrió en Bogotá que el jueves en la noche fue un verdadero Distrito Salvaje.

¡Repudiemos que los policías sean atacados con bombas incendiari­as, que se dañen buses y estaciones de Transmilen­io y que decenas de miles de personas resulten afectadas por bloqueos en vías! Pero también rechacemos los excesos de la Policía. La represión jamás será la solución y solo desencaden­a más violencia como en Popayán, donde los universita­rios fueron desalojado­s del parque Caldas por el Escuadrón Móvil Antidistur­bios, Esmad, de la Policía.

Con los estudiante­s protestaro­n los sindicatos contra la Ley de Financiami­ento, que gravaría el 80% de la canasta familiar. Un tema que puso de acuerdo a Uribe y a Petro, a gremios, fondos de pensiones y centrales obreras, entre otros sectores, a los que no se les socializó su contenido que, en este apartado, ha generado total rechazo.

Lo que se viene es duro. El jueves 15 de noviembre, sindicatos y estudiante­s volverán a las calles, el 28 realizarán una toma de capitales y el 13 de diciembre habrá paro nacional. El panorama no podría ser más inquietant­e.

Tras su elección, Duque anunció su deseo de construir diálogo social “fraterno y sincero” y de trabajar por la unidad de los colombiano­s. Es momento de reforzar ese objetivo para evitar que el país se incendie aún más. Liderazgo, presidente.

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