¿Cuál es el verdadero Duque?
Buena parte del desconcierto que acompaña estos primeros 100 días de gobierno de Iván Duque está relacionado con el bandazo que ha dado en varias de sus iniciativas u ofertas de campaña. De todas estas la más radical es la que tiene que ver con su promesa de menos impuestos y mejores salarios. Lo que hay es todo lo contrario: más impuestos y por consiguiente menores salarios. Sobre los impuestos, llama la atención la metamorfosis sufrida por el presidente, pues el fogoso senador que fustigó a Santos cuando tramitó su reforma tributaria con el incremento del IVA del 16 al 19 por ciento, no se parece en nada al mandatario que está dispuesto a cobrarle el IVA a casi todos los productos de la canasta familiar, que constituye un gancho al hígado de la clase media nacional. Del Duque que criticaba las 14 reformas tributarias de los últimos 25 años no queda nada, hasta el punto de
que ya radicó la suya sin sonrojarse. En lo que sí sigue firme es en sus duros cuestionamientos al régimen chavista venezolano, lo que le ha dado un incipiente liderazgo regional.