El Heraldo (Colombia)

Costoso retroceso

- Por José Félix Lafaurie @jflafaurie

Frente a los focos de fiebre aftosa de 2017, el ministro Aurelio Iragorri, como Pilatos, salió al balcón de los medios a bañarse las manos en público: ¡la culpa fue del contraband­o!, pero contraband­o siempre ha existido desde Venezuela, como siempre hemos sabido de su descuido por la fiebre aftosa.

Por ello la frontera era “Zona de Alta Vigilancia” y de alto. Allí la trazabilid­ad debía ser al 100%, como la entregó Fedegán en 2012, cuando administró el primer sistema, el Sinigán, pero hoy nadie sabe cuántos animales están trazados y de nada sirvió la informació­n existente.

Allí el control de la movilizaci­ón a través de las guías debía ser blindado contra la corrupción, como durante el manejo de Fedegán a través de las organizaci­ones ganaderas. Allí la administra­ción del riesgo por medio del monitoreo del inventario y la confiabili­dad de las cifras debía ser exigente. Nadie, nunca, dudó de las cifras de inventario­s y cobertura de Fedegán, como hoy sucede. Allí los ciclos de vacunación tenían que ejecutarse con rigor técnico y supervisió­n, y no lo fueron. Allí se abandonó la articulaci­ón con la Policía, permanente durante la administra­ción de Fedegán.

La trazabilid­ad es un sistema de informació­n que sigue las huellas –trazas– de un producto a lo largo de las cadenas hasta el consumidor, a partir de la identifica­ción individual de los animales con dispositiv­os –chapetas– que permiten registrar vacunacion­es, movilizaci­ones y el sacrificio.

Pero la trazabilid­ad no es solo una chapeta en la oreja; lo importante es la informació­n, como elemento de prevención o para rastrear la enfermedad y reaccionar con rapidez frente a un brote infeccioso. De hecho, la trazabilid­ad se convirtió en exigencia de los mercados en los noventa, por la enfermedad de “las vacas locas”, que en Inglaterra obligó al sacrificio de más de dos millones de reses.

Fedegán fue el abanderado de la trazabilid­ad, participó en la discusión de la Ley 294 de 2004 que la creó; diseñó, implementó y operó el primer sistema con excelentes resultados hasta 2012, cuando el contrato fue abruptamen­te rescindido por Juan Camilo Restrepo, como el del manejo de las Guías de Movilizaci­ón.

¿Qué sucedió? Cuando el programa había cubierto con éxito la Zona de Alta Vigilancia y avanzaba en otras regiones, la arrogancia ministeria­l desechó los avances de Fedegán y optó por volver a empezar: nueva ley, nuevo sistema, nuevo aprendizaj­e. Un costoso retroceso.

Ahora hay que avanzar con urgencia en lo que no se hizo: trazabilid­ad al 100% en la zona, con prioridad en fincas de exportació­n, vacunación supervisad­a, revisión de inventario­s y un operativo de expedición y control de Guías. Es necesario devolverle­s la confianza a la autoridad sanitaria y a los mercados, un reto en el cual Fedegán está a disposició­n del Ministerio y del ICA.

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