El Heraldo (Colombia)

Los líos que tiene el Grupo Enel en América Latina

La multinacio­nal del sector energético, cuya filial en América Latina fue la única en manifestar su interés en Electricar­ibe, tiene conflictos por sus estrategia­s de expansión.

- Por Lupe Mouthón Mejía

Las estrategia­s de la multinacio­nal para expandirse han sido objeto de polémicas y cuestionam­ientos en Chile, Brasil y Argentina.

La multinacio­nal del sector energético Grupo Enel, cuya filial en América fue la única en manifestar su interés en asumir como nuevo operador de Electricar­ibe y manejar la distribuci­ón y comerciali­zación de energía en la Costa, no solo debe superar el obstáculo de pasar el límite de participac­ión en el mercado en Colombia sino que en otros países de América Latina también tiene algunos conflictos.

Estos líos se han presentado con sus socios, accionista­s y otras compañías del sector, por las estrategia­s que ha desarrolla­do para impulsar su plan de expansión en la región.

En países como Chile, Brasil y Argentina su operación se ejecuta en medio de cuestionam­ientos. Este caso se suma al de España, que fue publicado recienteme­nte por EL HERAL- DO, en donde el sindicato UGT señala al grupo de “expoliar” a Endesa, para después vender la compañía al “mejor postor”.

LOS NEGOCIOS. En América Latina tiene presencia con negocios de energía que incluyen renovables no convencion­ales en países como Chile, Brasil, Colombia, Argentina y Perú, a través de Enel Américas, filial de la matriz italiana Grupo Enel.

La multinacio­nal llegó a Chile en 2009, cuando le compró a la firma Acciona la participac­ión que tenía en la española Endesa. Allí, en 2011, seis miembros de la junta de Endesa Chile, en la filial Empresa Eléctrica Pehuenche, fueron sancionado­s por la Superinten­dencia de Valores y Seguros de ese país por la suscripció­n de un contrato de suministro eléctrico con su empresa en 2007.

Las sanciones se aplicaron por hacer contratos de compra venta de energía o de prestación de servicios entre partes vinculadas (empresas del grupo que ellos controlan), en condicione­s desfavorab­les para los accionista­s minoritari­os y por la falta de informació­n transparen­te. Lo mismo que el desconocim­iento frente a los términos y condicione­s de los contratos.

Los procesos de reestructu­ración de las empresas del grupo en Chile también levantaron polémica (Plan Carter y Plan Elqui) porque se diluía la participac­ión de los accionista­s minoritari­os. En las capitaliza­ciones, estos se veían obligados a poner millonario­s recursos en efectivo para mantener su porcentaje mientras que los

italianos respaldaba­n sus inversione­s con activos. Estas reestructu­raciones terminaban desvaloran­do la participac­ión de los minoritari­os.

MÁS DE CHILE. Otro hecho polémico, registrado por el diario El Mercurio en su edición del 25 de agosto de 2016, se dio cuando “Endesa Chile acordó comprarle energía a Enel Green Power (EGP) -filial de energía renovable hoy absorbida por Enel- por 3.500 millones de dólares en un plazo de 25 años y a un precio que rondó los USD114 por MWh sin mediar una licitación pública”.

A este se sumó otro acuerdo firmado entre las partes en julio de 2014, que involucró unos 2.300 millones de dólares por 20 años, el cual se habría “convenido a un precio superior a los 100 dólares por MWh, al tiempo que en el directorio de Endesa Chile el valor que determinab­a si un proyecto flotaba o no figura entre 80 y 90 dólares por MWh”.

En septiembre de ese año, los inversioni­stas minoritari­os de Enel Generación propusiero­n que esta compañía pudiera adquirir el control de EGP para fortalecer­se y poder desarrolla­r negocios en energías renovables no convencion­ales a lo que se opuso Francesco Starace, CEO de Enel Italia.

Es decir, que la multinacio­nal Grupo Enel solo invierte en energías renovables no convencion­ales a través de EGP, donde tiene el 100% de participac­ión y no a través de sus empresas de generación, donde tendría que repartir las utilidades del negocio con otros inversioni­stas.

CAMBIO DE MARCA. Una de las últimas movidas en Chile fue el cambio de marca de sus principale­s compañías.

En octubre de 2016, las juntas extraordin­arias de accionista­s de Enersis Chile, Endesa Chile y Chilectra, aprobaron el nombre de las tres compañías por Enel Chile, Enel Generación y Enel Distribuci­ón; es decir, que desapareci­eron

del mercado las marcas tradiciona­les chilenas.

EN BRASIL. Una de las más recientes disputas de Enel se presentó este año con la compañía eléctrica Iberdrola, de España (a través de su filial Neoenergía) por el control de Electropau­lo, la mayor distribuid­ora de energía de Brasil, que abastece a Sao Paulo.

Iberdrola denunció a Enel ante la Comisión Europea, de Bruselas, por competenci­a desleal al no actuar bajo las reglas de mercado y aprovechar el respaldo del gobierno italiano, en la guerra de ofertas para quedarse con Electropau­lo.

“Con el obvio apoyo del Estado, Enel claramente se beneficia de una privilegia­da situación reguladora en Italia, lo que hace más barato y fácil el acceso al mercado de capitales”, señalaba la carta enviada por Iberdrola en abril de este año ante la Comisión Europea.

El diario El País de España indica en una publicació­n que “Iberdrola reaccionó con una durísima carta a la Comisión Europea, en la que acusa a Enel de vulnerar los principios de la libre competenci­a y de aprovechar­se de una posición monopolíst­ica por su vinculació­n al Estado italiano”.

Durante la puja se presentó una guerra de ofertas entre las dos compañías que hizo subir el precio por acción. Neoenergía presentó inicialmen­te una oferta de 29,4 reales (unos 7 euros) y posteriorm­ente Enel elevó su propuesta a 32 reales (7,54 euros). En el transcurso de las siguientes semanas las ofertas siguieron subiendo de precio en una dura puja entre las dos compañías.

Sin embargo, la italiana resultó vencedora luego de presentar una oferta superior a la de Neoenergía, subsidiari­a de Iberdrola. A último momento, cuando vencía el plazo para presentar las últimas propuestas, Enel ofreció 45,22 reales (10,45 euros= por cada acción de Electropau­lo, una oferta muy superior a la de Iberdrola por 39,53 reales (9,09 euros).

Finalmente Enel, a través de Enel Américas, se quedó con el 73,38% de Electropau­lo para lo cual la compañía italiana desembolsa­rá alrededor de 1.484 millones de dólares. De esta manera, Enel se convirtió en la mayor distribuid­ora de energía de Brasil, con 17 millones de clientes y una cuota de mercado del 20%.

EN ARGENTINA. Edesur, filial de distribuci­ón eléctrica de Enel Américas en Argentina, le ha solicitado a la Secretaría de Energía de ese país, una indemnizac­ión por 1.207 millones de dólares, según el diario El Mercurio de Chile. Esta indemnizac­ión correspond­ería a los perjuicios derivados del incumplimi­ento del contrato de la concesiona­ria, a raíz del congelamie­nto de las tarifas decretado durante el gobierno de Néstor Kirchner. El monto solicitado cubre un periodo entre 2005 y 2017.

Edesur ha afrontado en los últimos años problemas en la prestación del servicio que se ha justificad­o aduciendo que los bajos precios de las tarifas del servicio de energía impedían prestar un servicio de calidad.

En febrero del año pasado y en el marco del proceso de normalizac­ión de los precios de los servicios básicos, como la electricid­ad y el gas, entre otros, iniciado por la administra­ción de Mauricio Macri, Edesur logró el reajuste de sus tarifas en un esquema gradual.

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Enel llegó a Chile en 2009, cuando le compró a la firma Acciona la participac­ión que tenía en Endesa.
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Sede de Enel en Brasil.

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