Vida en los parques
Los parques determinan, en cierta forma, la calidad de vida de una ciudad, son los espacios públicos más importantes para los ciudadanos, un punto de encuentro donde socializan y se relacionan y hasta les dan un sentido de pertenencia que les genera un claro nivel de satisfacción integral.
Son muchas las personas adultas que van a los parques buscando liberarse del estrés o para hacer ejercicio, igualmente los niños son llevados a estos espacios de natural estimulación para jugar y desarrollar actividades motoras; pero también, el hecho de estar al aire libre y rodeado de naturaleza, inspira al escritor y al poeta a plasmar sus talentos para el deleite de los lectores, así como los novios encuentran en los parques el lugar adecuado para declararse su amor, al punto de que en cada ciudad se destacan estos románticos espacios con el nombre de “parque de los novios”.
Contar con espacios públicos amplios, bien iluminados, de fácil acceso, es un factor importante para la sostenibilidad del componente ambiental y social en el ejercicio de los derechos colectivos de la población y de los cuales se benefician todos los ciudadanos por igual, independientemente de su condición socioeconómica.
La vida en los parques trasciende de acuerdo al sentido que cada visitante le quiera dar a su estancia en ese lugar abierto y acogedor, allí se “parquea” el rico y el pobre, el trabajador y hasta el “varado” tiene su parque, pero también llegan los que arman juegos de distracción. Más que llevar nuestras vidas a los parques, los parques son esos lugares fantásticos donde encontramos vida, amor, recogimiento, ensoñación y una buena recarga de energía que le da sentido espiritual a nuestra existencia y donde hacemos una escala para avanzar, con optimismo, hacia las vicisitudes que nos deparan los nuevos tiempos. Roque Filomena