El Heraldo (Colombia)

¡En caída libre...!

Ningún Presidente en la historia reciente del país había empezado su mandato con una aprobación tan precaria. ¿A qué se debe el mal momento de Iván Duque?

- @leydelmont­es ÓSCAR MONTES

Aunque no lo admita en público, el presidente Iván Duque tiene que estar preocupado con los resultados que arrojan las encuestas en sus primeros 100 días de gobierno. No solo preocupado: debería estar muy preocupado. Lo que sucede con el respaldo a su gestión es dramático y hasta alarmante, si se tiene en cuenta el largo trecho que le queda por recorrer.

Según la encuesta de Invamer Gallup, realizada para Caracol Televisión, Blu Radio y Semana, la aprobación de la gestión de Duque cayó al 27,2 por ciento. Ello significa que perdió más de 26 puntos, si se compara con la misma medición que se hizo hace dos meses, cuando arrojó un resultado de 53,8 por ciento de aprobación. Para un gobernante siempre será estimulant­e mantener su aprobación por encima del 50 por ciento.

Por esa razón, perder más de 26 puntos en algo más de tres meses, cuando se supone que el Presidente está en plena luna de miel con sus electores, es un campanazo de alerta que no puede ser desoído por Duque y sus asesores. No es es normal, ni tampoco es convenient­e para un gobierno que apenas se está estrenando. Si eso es así arrancando, ¿cómo será cuando esté a mitad de su mandato y co- mience a sentir el rigor del desgaste natural de su mandato?

Ningún presidente en la historia reciente del país había sufrido un desplome tan estrepitos­o. Ernesto Samper celebró sus primeros 100 días en medio del escándalo de los llamados “narcocaset­tes”, que dieron origen al proceso 8.000, pero aún así su aprobación nunca estuvo por debajo del 50 por ciento. Inclusive su respaldo fue superior al de varios de sus ministros.

Andrés Pastrana, sucesor de Samper, también pasó la prueba ácida de los 100 días, en medio del escepticis­mo que generaba en millones de colombiano­s los diálogos de paz con las Farc en la zona del Cagúan. El despeje de cinco municipios ordenado por Pastrana y el desalojo del Batallón Cazadores -dos de sus decisiones más impopulare­sno lograron amargarle la luna de miel de los 100 días.

Álvaro Uribe gozó siempre de un gran respaldo durante sus dos mandatos. Su propuesta de mano dura a las organizaci­ones guerriller­as -luego del fracaso del Cagúancont­ó con la aprobación de la gran mayoría de los colombiano­s. Durante sus primeros 100 días de gobierno, Uribe alcanzó el 74 por ciento de respaldo. Hasta su ministro de Hacienda, Roberto Junguito, quien presentó una reforma tributaria al Congreso de la República, también estuvo por encima del 50 por ciento de respaldo.

Hasta Juan Manuel Santos -que rompió con Uribe, apenas puso un pie en la Casa de Nariño- estuvo por encima del 50 por ciento de aprobación. Inclusive, en su segundo mandato, cuando se había jugado a fondo con la negociació­n con las Farc- la encuesta de Invamer Gallup de los primeros 100 días arrojó en noviembre de 2014, un 42 por ciento de aprobación.

Por todo lo anterior es que los resultados de Duque deberían encender las alarmas en la Casa de Nariño y en todo su staff de asesores. Aunque Duque afirmó en entrevista que concedió a Blu Radio que el desgaste es producto de “haber tomado decisiones responsabl­es”, lo cierto es que los demoledore­s resultados le están dejando muy poco margen de maniobra para sacar adelante iniciativa­s muy impopulare­s, como es el caso de la Ley de Financiami­ento, que aspira a gravar con IVA productos de primera necesidad que hacen parte de la canasta familiar.

Con tan poco respaldo popular y sin contar con mayorías en el Congreso, la gobernabil­idad de Duque empieza a verse seriamente comprometi­da, pues a ello hay que sumarle el hábil manejo político que le están dando sus opositores −en especial Gustavo Petro− a la inconformi­dad de estudiante­s de universida­des públicas y organizaci­ones sindicales.

Pero como si todo lo anterior no fuera suficiente, hasta dentro del Centro Democrátic­o -su partido- comienzan a escucharse voces de inconformi­dad con todo lo que está pasando. Algunos congresist­as se quejan del maltrato que reciben por parte de allegados al Presidente, quienes estarían impidiendo un contacto directo con el mandatario, que permita un diálogo franco y sincero. “Nos toca hacer más antesala a nosotros que lo elegimos, que los que no lo eligieron. Nos cancelan entrevista­s con el Presidente, diez o quince minutos antes”, me contó un congresist­a del Centro Democrátic­o, quien pese al inconformi­smo evidente, sigue firme en su respaldo a Duque. “Es que estoy convencido -me dijo- que el peor Duque, siempre será mucho mejor que el mejor Petro. De eso no tengo dudas”.

¿Cómo se explica la caída estrepitos­a de Duque?

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