Aumentan las familias que viven en cambuches en parque Metropolitano
En la actualidad, en esa zona, residen más de 160 personas ➲ La Secretaría de Control Urbano y Espacio Público dice que “no habrá reubicación” para estos migrantes.
MARCO LÓPEZ
“Desde acá trato de sobrevivir y ayudo allá”.
Marco López discute con un compañero lo que será su almuerzo. Fija su vista durante unos 30 segundos sobre los vehículos que pasan sobre la Circunvalar; se frota las manos y da una señal de haber resuelto el asunto. “Hagamos unas arepas primero y después vemos con qué las rellenamos”, dice.
Este, a juzgar por los comentarios, es el día a día de más de 60 familias venezolanas que residen, desde hace poco más de cuatro meses, en cambuches y carpas armadas en una parte de la oreja del puente de la Murillo, a un costado del Parque Metropolitano, al frente de un centro comercial. Allí no gozan de ningún servicio público. No tienen dónde guardar sus cosas ni dónde bañarse. En septiembre pasado solo se contabilizaban unas 35 personas, a la fecha se registran más de 160.
“¿Dígame quién quiere vivir así?”, se pregunta López mientras señala una carpa que está armada a un costado del parque. “Llevo cuatro meses en Colombia, entré por La Guajira caminando hastaquelleguéaSantaMarta, desde allá me vine en una mula. Estoy acá en Barranquilla desde hace dos meses, tratando de conseguir trabajo”, dice el hombre oriundo de Caracas y añade: “Yo trabajo de lo que me pongan”. La familia de López, sus dos hijos y su esposa, están en Venezuela.
“Desde acá trato de sobrevivir y ayudarlos allá. Todo esto es muy difícil y también sé que no soy yo solo quien lo está viviendo”, comenta el hombre.
Lisbeth Chirino, venezolana residente en Barranquilla desde hace cuatro años, ejerce la vocería del grupo. Afirma que, según sus cuentas, en la actualidad hay 60 familias que están allí en esa zona integradas de la siguiente forma: 43 niñas de 0 a 14 años, 36 niños de 0 a 12 años y 81 adultos.
“Los he ayudado de todas las formas en las que he podido, les traigo alimentos, ropas, zapatos y demás cosas que necesiten. Cada día siguen llegando venezolanos acá, todo es peor allá en cada amanecer”, narra Chirinos, quien dice vivir arrendada con su familia en Villa Éxito.
La mujer dice estar agradecida con la ayuda que ha recibido de fundaciones e iglesias evangélicas, pero “no podemos estar así siempre”. “No queremos el pescado, queremos que nos lo enseñen a pescar. Con esto lo que pedimos es que nos ayuden a regularizar nuestra permanencia acá para poder trabajar de manera digna”.
Chirinos asegura que la mayoría de estas personas no cuentan con permiso especial de permanencia (PEP) debido a que no se censaron en el Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos realizado entre el 6 de abril y el 2 de junio pasado, por no haber llegado al país en esa fecha. Descartó además que estas familias pertenecieran a las que se encontraban en la terminal de transporte de Soledad.
“NO HABRÁ REUBICACIÓN”. El secretario de Control Urbano y Espacio Público, Henry Cáceres, aseguró que no habrá reubicación de estas personas y lo que se dará es “un despeje” del área. “No estamos con el poder económico para dar una reubicación de estas personas. No es porque sean venezolanos, es que se trata de un espacio público ubicado en una zona emblemática de la ciudad como lo es el estadio Metropolitano”, explica Cáceres.
El funcionario asegura que desde la Secretaría se les ha comunicado a los venezolanos que allí no pueden estar. “Este tema de los migrantes es más complicado de lo que podemos creer. Se está atendiendo en salud y educación, pero no podemos decir que vamos a darles viviendas”.
La Asociación de Venezolanos en Barranquilla dice que está haciendo “gestiones” con organismos internacionales para “buscar una guía” y saber cómo actuar ante casos como estos.
LISBETH CHIRINO Venezolana en Barranquilla. “Cada día siguen llegando más venezolanos”.